Historias del Castillo y de la Aldea, Marie von Ebner-Eschenbach

[Schlossund Dorfgeschichten], Re­copilación de Marie von Ebner-Eschenbach (1830-1916), publicada en Viena en 1905.

Son siete novelas cortas de distinta longi­tud, donde la autora refleja el ambiente, aristocrático y patriarcal a un tiempo, don­de se desarrolló su juventud y evoca su Moraviá, la provincia austríaca que se ex­tiende entre Bohemia y Galitzia, y tiene en común con la vecina Polonia las costumbres y la historia. Aunque perteneciente a la clase privilegiada, la autora se ha dado cuenta, desde joven, de las injusticias y de los abusos de los nobles, de las miserias y sufrimientos de los campesinos, que han sido durante demasiado tiempo «siervos de la gleba»; algunas de estas novelas son la crónica de estos contrastes. En «El médico rural» traza el patético cuadro de la vieja Galitzia como fondo para la figura de un joven agitador revolucionario que, nacido en la nobleza, abraza la causa del pueblo y acaba confundiéndose con él. «Jacob Szela» es la historia de un viejo campesino galitziano a quien sus compatriotas, fieles al Emperador de Austria, eligen como jefe, cuando los feudatarios se muestran favora­bles a la causa polaca. La escena nocturna en que Szela llega al castillo de su señor, seguido por una larga hilera de trineos don­de están amontonados los cadáveres de los feudatarios muertos, y libera a los tres hijitos del conde, que poco tiempo antes lo había hecho azotar injustamente, es una de aquellas grandes escenas de la tragedia de los pueblos eslavos que no se olvidan jamás.

«El buen señor Luna» [«Der gute Mond»] desarrolla un tema sentimental y narra la historia de un matrimonio basado en un cambio de personas, debido a una homonimia, que resultaría una unión feli­císima, si la muerte de la joven esposa, ocasionada por un incendio intencionado, no la truncase prematuramente. «Teresa» [«Therese»], florecilla del bosque, vivaz e indómita muchacha a quien el amor hacia un joven rudo y violento conduce a la per­dición y a la muerte. «Besa la mano» [«Er lässt die Hand küssen»] es la historia de un mísero siervo de la gleba que, humilde y bondadoso por naturaleza, se rebela cuan­do su puritana patrona le quita y hace mo­rir de hambre a su joven amante y a su hijito; de desgracia en desgracia llega a ser condenado a los azotes y muere bajo los golpes. Tanto a este último vejamen como a los anteriores, según cuenta el narrador que explica sucesivamente los hechos, ha contestado con la fórmula consagrada: «Beso la mano». Pero la perla del volumen es Krambambuli (v.), donde la piedad de Eschenbach por los animales y la vigorosa naturalidad de su estilo se funden en una unidad y alcanzan la cima de su arte.

B. Allason