Historia del Botón Descosido, Otto Erich Hartleben

[Geschichte vom abgerissenen Knopfe]. No­vela corta de Otto Erich Hartleben (1864-1905), publicada en 1893. La pequeña Lore, tipo de muchacha que los franceses han convertido en clásica con el nombre de «grisette», ligera y alegre, que no sabe re­sistir a la tentación de mentir pretendiendo que sean creídas sus más locas inven­ciones, tropieza con un joven que tiene poco más de veinte años, pero que se halla ya en posesión de todas las manías del burgués empedernido y pedante. El cho­que de estos dos mundos hace saltar chis­pas; en el transcurso de una comida nace una rápida simpatía que está a punto de trastornar al hombre, que, a los ocho días, se siente dispuesto a hacer por ella cuanto fuera preciso; incluso, él que es tan orde­nado, a contraer deudas para ponerle una casita. Hay sólo un inconveniente: desde hace ocho días en la blusa de la muchacha falta un botón, a pesar de que él la había recomendado que pusiera orden en su ves­tido. Una insignificancia, ciertamente, pero indicio de un íntimo y más profundo des­orden. No obstante, su intransigencia con­cede todavía una última oportunidad a su inclinación: aquella noche, cuando la mu­chacha acuda a la cita, será el botón lo que decidirá el futuro de sus relaciones. La muchacha llega con un ramo de rosas prendido del pecho; hace falta una hábil estrategia para descubrir el secreto; pero la suerte está echada: una carta de des­pedida y la divertida respuesta de la mu­chacha cierran la novela.

Otto Hartleben, discípulo de Maupassant, que observa con mirada irónica los pequeños y grandes de­fectos de la burguesía alemana y que había puesto como epígrafe de su primer drama «Desprecia a la mujer», se nos presenta de cuerpo entero en esta divertida novela. Con su sabroso y vigoroso estilo, inspirado en el que Maupassant empleó para dibujar las inolvidables «grisettes» de sus novelas, Hartleben consigue plasmar las tenues y cómicas situaciones de la acción, de forma que de toda su obra, esta historia, que alcanzó una difusión grandísima, es la úni­ca que todavía hoy goza de popularidad.

F. Federici