Historia de la Civilización Ibérica, Pedro de Oliveira Martins

[Historia da Civilisagao ibérica]. Obra de Joaquim Pedro de Oliveira Martins (1845-1894), publicada en Lisboa el 1879. Está dividida en cinco libros, precedidos de una amplia introducción en la que el autor estudia la historia ibérica en función del factor geográfico que favorece el particularismo regional de la península, y del ét­nico por el que el país, a través de los si­glos, fue teatro de las luchas entre las poblaciones nórdicas, que penetran por el Pirineo, y las africanas, que llegan a través del estrecho de Gibraltar. En tiempos pre­históricos, la lucha se desata entre los cel­tas (dé los que todavía quedan restos en el país vasco) y los bereberes; en tiempos históricos, entre cartagineses y romanos, y más tarde, entre visigodos y árabes.

El primer libro estudia las instituciones po­líticas y jurídicas de los cartagineses y de los romanos, poniendo de relieve el pode­roso sello que imprimieron en la península, sea con la formación del lenguaje neolati­no, sea con las obras monumentales (calza­das, puentes, acueductos, arcos de triunfo, teatros, etc.) que todavía hoy atestiguan el genio y el poder de Roma. El segundo libro narra la tentativa visigótica de orga­nizar una monarquía independiente apoyándose en el elemento religioso cristiano, tentativa frustrada por las sucesivas inva­siones de los árabes.

En el tercer libro, asistimos a la formación de las nacionali­dades, cuyos individuos están animados por un alto sentido del orgullo y una pro­funda fe religiosa, que les lleva a conside­rar la vida como una misión. No se de­tienen ante empresa alguna, sea peligrosa o desesperada, como atestigua la historia de la conquista de América. Por otra par­te, la Inquisición esterilizó las fuentes vi­vas de la riqueza del país, la agricultura y la industria, expulsando en masa a los moriscos y judíos. Después, el autor evoca las grandes figuras históricas (el cardenal Cisneros, San Ignacio de Loyola, Carlos V, Felipe II) y exalta el prodigioso valor de los navegantes portugueses que aseguraron al país un vasto imperio colonial y mere­cieron ver celebradas sus gestas en el poe­ma de Os Lusiadas (v.) de Camoens. A este período glorioso sigue una rápida deca­dencia, que el autor, siguiendo los cánones de la historiografía protestante, considera nacida del riguroso absolutismo que impi­dió toda libertad de pensamiento y de ac­tividad personal de los súbditos, y de la falta de una sabia administración, tanto en la metrópoli como en las colonias, a las que se consideraba como simples territorios de explotación. Truncadas las raíces y ex­haustas las fuentes de la prosperidad eco­nómica, el árbol se mustia y muere, a pesar de que una pomposa ostentación de orgullo y riqueza ficticia alcancen a velar momen­táneamente la ruina. Es obra de síntesis y de relieve, desarrollada en páginas que revelan más sentido artístico que documenta­ción científica e histórica. [Trad. por Lu­ciano Taxonera (Madrid, 1894)].

G. Battelli

El mayor psicólogo de la raza; el que ha penetrado más hondo en el análisis del alma ibérica. (Unamuno)

Gran artista histórico, como le llamó Menéndez Pelayo, Oliveira Martins fue más que un historiador, porque poseía algunas dotes superiores: la imaginación plástica y psicológica, que al mismo tiempo crea y hace ver las formas y los colores y anima retratos; el espíritu de la realidad que lo llevaba más de una vez a aproximar los tiempos presentes a las viejas situaciones. (F. de Figueiredo)