Antoni de Bofarull i Broca (1821-1892). Perteneciente a la segunda generación de historiógrafos de la Renaixenga, a los que preside la figura suprema de Milá i Fontanals, Antoni de Bofarull intentó recoger en un gran esfuerzo de síntesis todo el caudal de investigaciones que sobre historia de Cataluña se había ido acumulando desde la publicación de los Anales de Cataluña de Feliu de la Penya (1709), por obra de tres generaciones de eruditos que van desde los hermanos Finestres y Jaume Caresmar hasta Prosper de Bofarull y Pau Piferrer, completándolo con investigaciones propias especialmente en el Archivo de la Corona de Aragón, en el que estuvo destinado durante cuarenta y seis años. No hacía mucho que Víctor Balaguer había publicado su Historia de Cataluña (1860-1863), la primera que aparecía con carácter de historia general desde los Anales antes mencionados, pero su falta de espíritu crítico y su concepto ultrarromántico de la manera de escribir historia representaron un acicate más para los propósitos de Antoni de Bofarull. Entre 1876 y 1878 publicó éste su Historia en nueve tomos que se convierte muy a menudo en una diatriba contra las ligerezas y fantasías de Balaguer, y que a pesar del lenguaje inadecuado, confuso y nada elegante que muchas veces emplea, constituye un hito importante en la serie de las modernas historias generales de Cataluña. Alcanza hasta la invasión napoleónica y dedica gran espacio al estudio de las instituciones, las costumbres y la cultura, lo que en su tiempo representó un evidente progreso. De hecho, la Historia de Bofarull vino a ser, plinto con la que Auléstia publicó en catalán en 1887-1889, el único recurso de los interesados en poseer una visión general algo detallada de la historia catalana, hasta la aparición en 1909 de la nueva síntesis de Carreras i Candi, contenida en el primer tomo de su Geografía General de Catalunya.
M. Coll y Alentorn