Ópera cómica en un acto de Giacomo Puccini (1858-1924), que forma parte del Tríptico (v.), con libreto de Giovacchino Forzano, representada en Nueva York en 1918.
Gianni Schicchi (v.) es aquel que Dante puso en el Infierno entre los falsarios. Gianni ha sido llamado por los padres de Buoso Donati para enmendar el testamento en el que éste lo dejaba todo a los frailes, y se ha prestado a hacerlo sacando provecho de ello, naturalmente; pero en el fondo con buen fin, pensando en su hija Lauretta y en el buen Rinuccio, que se casará con ella en mayo, pero que no tendría el consentimiento de su tacaña tía si de veras los frailes se quedaran con la herencia de Buoso. Nadie sabe que Buoso ha muerto. Después de haber hecho presente a los parientes que a los falsificadores de testamentos y a sus cómplices se les castiga con cortarles la mano y con el destierro, hace retirar al muerto, se disfraza, se acuesta y, con la voz de Buoso, dicta al notario su última voluntad. En primer término, revoca el testamento precedente. Y los frailes quedan servidos.
Después, de los legados menores, deja la muía, la casa, el molino, en suma, todo lo mejor, a su querido amigo Gianni Schicchi. ¡Y a callar! A cada tentativa de protesta, los parientes se acuerdan de la mano cortada. Una vez ha salido el notario, le llenan de improperios y se llevan hasta la ropa de la casa. Pero les arroja a palos, ahora que ya es el dueño. Los dos enamorados podrán casarse y amarse en la hermosa casa. Amenísima y llena de caracteres que se elevan perfectos en un mínimo increíble de frases, llevada con ligereza magistral, fácil a la risa y, sin embargo, saturada de ternura en la parte de los enamorados, y cuando se habla de la querida Florencia, es sin duda el más bello de los libretos del Tríptico.
La música de Puccini es particularmente rica en ritmo, armonía y colorido. Es de creer que si se quisiera buscar en nuestro siglo un equivalente de la ópera cómica antigua y se quisiera encontrar aquella misma inspiración, sería preciso recurrir sin duda a Gianni Schicchi y definirlo como la más sobria ópera cómica italiana del siglo XX.
E. M. Dufflocq