Gesta Comitum Barchinonensium Et Regum Aragonum, Ramón Berenguer

Con este nombre es conocida una de las más antiguas cróni­cas catalanas que representa el punto culminante de la escuela histórica que tuvo como cuna y centro el monasterio de Ripoll. La redacción de su texto primitivo fue de­bida sin duda a la sugestión ejercida por la brillante personalidad del conde Ramón Berenguer IV.

La primera parte de dicho texto, que comprende desde los tiempos legendarios del padre de Wifredo el Vello­so hasta la muerte de aquel conde de Bar­celona. y príncipe de Aragón (1162), debió iniciarse durante el gobierno de dicho con­de y terminarse poco después de su muerte y de todas maneras antes de 1184. Una primera adición, correspondiente al reinado de Alfonso el Casto, fue añadida por otro autor entre 1200 y 1208. Una segunda adi­ción, que se refiere al reinado de Pedro el Católico y a la menor edad de Jaime I, debe fecharse en 1214-1218. Finalmente, otro cro­nista añadió, entre 1270 y 1275, una terminación destinada a historiar casi todo el reinado del Conquistador. Las fuentes uti­lizadas para redactar este conjunto fueron la llamada Brevis historia monasterri Rivipullensis, compuesta en 1147, una supuesta genealogía de los condes de Urgel, algún cronicón de la familia «Rivipullense», quizás alguna breve relación historiográfica inde­pendiente del gobierno de Ramón Beren­guer IV, una canción latina sobre las luchas feudales del tiempo de Pedro el Católico, varias leyendas, tradiciones y voces públi­cas, así como recuerdos personales de los sucesivos redactores, documentos del archi­vo rivipullense, y para el final la Historia Gothica de Rodrigo Jiménez de Rada.

En­tre 1268 y 1270 la primitiva redacción de los Gesta fue sometida a una refundición que presentó la novedad de incorporarle unos capítulos relativos a los reyes de Ara­gón «ante-unionem» a continuación de los dedicados a los condes de la casa de Bar­celona. La fuente de ésta y otras amplia­ciones fue principalmente Rodrigo Jiménez de Rada, junto con las fechas proporciona­das por los cronicones «Rivipullenses», y otras noticias que pudieron encontrarse en la Brevis historia antes aludida, en el poema del abad-obispo Oliba In laudem monasterii Rivipullensis y en alguno de los epi­tafios de los sepulcros de Ripoll. Segura­mente el mismo autor de esta segunda re­dacción fue el que añadió poco más tarde su terminación a la redacción primitiva. La segunda redacción fue traducida al catalán en fecha próxima a la de su original latino y en todo caso anterior a 1283. En fin, entre 1303 y 1314, a dicho segundo texto latino se antepuso un prólogo inspirado en el de la mencionada Historia Gothica y se le aña­dieron extensas crónicas de los reinados de Jaime I, Pedro el Grande, Alfonso el Libe­ral y Jaime II hasta fines de 1299, y con ello quedó redactado el llamado texto latino definitivo de los Gesta.

Con lo dicho sobre estas distintas redacciones y con recordar que los Gesta constituyen la fuente principal directa o indirecta de las distintas ver­siones de la mal llamada crónica de San Juan de la Peña y de los múltiples textos historiográficos de ella derivados, basta para dar una idea de la enorme influencia ejer­cida por la crónica que estudiamos en la historiografía catalana. L. Barrau-Dihigo y Jaume Massó i Torrents han publicado los textos latinos primitivo y definitivo y la versión catalana con extensos estudios pre­liminares y abundantes notas críticas (Bar­celona, 1925).

M. Coll Y Alentorn