Gabriel Conroy, Francis Bret Harte

Novela del escritor norteamericano Francis Bret Harte (1839- 1902), publicada en 1876. El protagonista, un honrado y sencillo minero de Califor­nia al que tocó vivir los días de la fiebre del oro, después de haber sobrevivido a terribles peripecias durante el viaje hecho en compañía de un grupo de colonizadores, que sucumbió casi enteramente al frío y a las calamidades, se establece en One-Horse Gulch con su hermanita Olympia, llamada Olly, que se salvó con él, y a la cual sirve de padre. Después de haberse casado con la viuda del sabio doctor Devarges, muerto de miseria durante el trágico viaje, con la ayuda de un antiguo compañero de peri­pecias, el banquero Dumphy, explota una mina de plata descubierta por el doctor Devarges y dada por él antes de morir a Grace Conroy, poco antes que ésta, en com­pañía de Arthur Poinsett, «alias» Philip Ashley, dejase el refugio en busca de so­corros para la comitiva en trance de pere­cer de frío y de hambre.

La vida de Gabriel en One-Horse Gulch se complica con múl­tiples episodios, debido a lo cual la narración se traslada a San Francisco y a otros sitios para seguir las aventuras de los de­más personajes; Arthur Poinsett, converti­do en abogado, el banquero Dumphy, Jack Hamlin, María Sepulvida y una mujer que se hace llamar Dolores Salvatierra. Esce­nas de celos, encuentros románticos y no­velescos, disputas de intereses, falsificación de documentos, disfraces, intentos de lin­chamiento, fugas, persecuciones, proceso por homicidio y reconocimiento final, hacen la novela algo confusa y revuelta, acercándola a los relatos de aventuras. El recurso de callar ciertos elementos para aumentar el interés del lector, hace obscura la narración y en algunos puntos poco convincente. El proceso judicial que cierra la novela, si bien revela la heroica abnegación del protago­nista, que, acusado de homicidio, oculta su inocencia para que no sea culpada la es­posa, que él cree culpable, a pesar de todas las aclaraciones que aporta no pone en claro algunos puntos que permanecen en­vueltos en el misterio. Así, por ejemplo, no se da ninguna explicación de por qué Grace Conroy, amada por Poinsett y del cual tuvo un hijo, le oculta su identidad cuando éste la encuentra bajo el nombre de Dolores Salvatierra, o por qué el padre Felipe quie­re hacerla pasar por la esposa del banquero Dumphy.

B. Celuni