Filosofía de la Historia, Friedrich Schlegel

[Philosophie des Geschichte]. Obra de Friedrich Schlegel (1772-1829), publicada en 1829. En Schlegel, el elemento cristiano, o, más exac­tamente, el elemento católico de su visión del mundo, asume, en el transcurso del tiempo, una importancia cada vez mayor, y acaba colocándose en primer plano. En sus últimos años, el autor construye sobre su concepción de la«providencia una filosofía de la historia universal, que expone en Viena, en 1828, en dieciocho lecciones. La tarea de la filosofía es restablecer en el hombre la perdida imagen divina. Por su espon­tánea voluntad el hombre ha pecado y, por consiguiente, ha perdido su dominio sobre la naturaleza y su unidad, dando lugar a su íntima escisión y contradicción. Sola­mente los genios, los grandes caracteres y los espíritus religiosos saben reconstruir en su interior la primitiva armonía. En estas tinieblas, solamente un pueblo — el judío — ha señalado el camino hacia la verdad que más tarde el cristianismo devolvió al mun­do.

La época ideal en la historia de la hu­manidad es, según la opinión de Schlegel, la Edad Media pregibelina, aquel magnífico momento en que la fuerza heroica germá­nica, gracias a la «charitas» cristiana, se une al racionalismo universal de Roma: el tiempo de Carlomagno y de Alfredo el Grande. Pero, al desaparecer el sentido cris­tiano, los elementos que, uniéndose, habían engendrado la paz y la unidad, se disgre­gan nuevamente. Y he aquí el fatal Cua­trocientos y el corrompido Quinientos y, co­mo inmediata consecuencia, el protestantis­mo; más tarde, la literatura del tiempo de Luis XIV, la filosofía de Bacon, de Descar­tes, de Leibniz. Se llega de esta manera al momento actual que, según espera el autor, logrará la unión de Oriente con Europa (v. Europa), la victoria de la luz espiri­tual sobre las tinieblas racionalistas. La base de toda la obra es la fe en Cristo y en el misterio de- la Redención, sin la cual la historia de la humanidad no sería más que un enigma insoluble, un laberinto sin sa­lida, un montón de escombros y ruinas. Teóricamente Schlegel se remonta a esos principios que a comienzos del Romanticis­mo habían inspirado a Novalis el famoso ensayo El Cristianismo o Europa [Die Christenheit oder Europa, 1790]. Prácticamente la obra es una firme negación de los principios liberales y revolucionarios que el autor había acogido con mucho entusias­mo en su juventud, una polémica contra el Estado protestante y un acto de fe en la Restauración y en la Santa Alianza.

B. Allason