Fedra e Hipólito, Nicolás Prandon

Tres días después de la representación de la Fedra de Racine se puso en escena, en París, una mediocre tragedia de Nicolás Prandon (1632-1698), Fedra e Hipólito, re­cordada todavía en las historias literarias sólo por las circunstancias de su efímero éxito. Una camarilla cortesana hostil a Ra­cine hizo que la tragedia de Prandon fuese representada y aplaudida durante seis no­ches consecutivas, para confirmar el primer fracaso de la Fedra raciniana. Pero no se necesitó mucho tiempo para que aquella obra cayera, y para siempre, en el olvido, mientras la belleza y el valor de la tragedia de Racine se ponían más de manifiesto cada día; pero la miseria de tales intrigas dejó amargura y dolor en el corazón del grande y sensible poeta y contribuyó a alejarlo durante muchos años del teatro.