[Chromatische Phantasie und Fuge]. Composición para clavicémbalo de Johann Sebastian Bach (1685-1750), escrita entre 1720 y 1730 y publicada en el siglo XIX. Es una de las más bellas creaciones instrumentales de Bach. La «Fantasía», con su carácter de libre improvisación, se acerca al género de la tocata, pero tiene un desarrollo peculiar y verdaderamente fantasioso: a su primera parte, toda de pasajes rápidos y, sin embargo, de expresión dramática, sigue un fragmento meditativo con acordes arpegiados casi a la manera de los corales libres sin la estructura simétrica propia de los corales litúrgicos; luego, un recitativo de gran fuerza expresiva y modernidad de forma que, tras un dramático crescendo, desemboca en una «coda» impregnada de espíritu de recogimiento angustioso a la vez que de la religiosa elevación tan propia de Bach. A esta «Fantasía», a la que el autor llama cromática por ser efectivamente rica en pasajes semitonales y, sobre todo, por su sentido armónico correspondiente a este adjetivo, se inserta de la manera más espontánea la «Fuga», también cromática, que muchos, sin razón, juzgan inferior, mientras que, en realidad, resuelve la tensión de los trozos anteriores en una fluidez discursiva también de fondo meditativo (el predominio del modo «menor» tiene en esto un peso notable).
El edificio polifónico a tres voces basado en este tema singularísimo: tiene primero ligereza aérea y toques casi juguetones, después adquiere poco a poco tonos más vigorosos y, con admirable igualdad y amplitud de desenvolvimiento, desemboca en un final tan grandioso que casi es propio del órgano. La armonía arquitectónica forma un todo único, con la profundidad y nobleza de inspiración característica de Bach. En la adaptación al piano moderno, el instrumento que puede más acertadamente realizar estas intenciones de Bach, pero en el que no existen registros similares a los del clavicémbalo, fue necesario introducir algunas ampliaciones al texto original de la «Fantasía», dando motivo a revisiones bastante difundidas, como la de Hans von Bülow (1830-1894), que, pese a basarse en una versión aparecida en el círculo de la escuela de Bach, altera el espíritu de la composición; en cambio, la de Ferruccio Busoni (1866-1924), aunque libre y personal, traduce mucho mejor su severo y varonil dramatismo. La «Fuga», por el contrario (ampliada por Busoni) exige que se la deje en su desnudez original, salvo alguna octava.
F. Fano
Domina aquí un «Sturm und Drang» sin vínculos. La idea audaz de trasplantar el recitativo sobre el teclado… ha encontrado aquí un magnífico desarrollo. La obra, en la que también se acumulan todas las audacias de la modulación, produce el efecto de una escena conmovedora. La fuga continúa la esencia cromática y moduladora de manera correspondiente. Es tan potente su impulso demoníaco, como genial y atrevido el tratamiento de la fuga. (Spitta)