[Ad Fortunatum de exhortatione martyrii]. Opúsculo dirigida en el 257 a un tal Fortunato, seguramente obispo de Thuccabori, con el fin de proveer a los «soldados de Cristo» en un período de persecución (pocos meses después el propio Cipriano moría martirizado) de los elementos necesarios para soportar virilmente el martirio.
La obra recuerda mucho, en el procedimiento técnico y de composición, a los Testimonios a Quirino (v.); también aquí la parte fundamental del escrito consiste en una serie de trece proposiciones aforísticas (ejemplo: «Quod Deus solus sit colendus») seguidas cada una de los más significativos pasos bíblicos que las demuestran; precede una breve introducción y la obra termina con una peroración exaltando él honor insigne del martirio.
M. Niccoli