[U poslédnej certy]. Novela del escritor ruso, publicada en 1911. Arziváchief se distingue de los escritores rusos de su tiempo por la sinceridad y el valor con que se enfrenta con los problemas del sexo y de las leyes sociales que regulan sus manifestaciones.
En el límite extremo es una ingeniosa variación sobre el tema «amor y muerte», en el que se enlazan varios episodios: la muerte del anciano profesor Iván Ivanovic luego que la mujer ha velado su larga agonía, asistiendo a la destrucción física y espiritual del hombre amado en un tiempo; la pasión del grueso y apático doctor Arnoldi por una cantante atacada por la tisis y en trance de muerte; la defunción de un niño mientras el doctor, que no puede hacer nada por salvarle, «queda sobrecogido de horror frente al destino ineludible, al sufrimiento físico y a la eternidad del mal».
Episodio central son las vicisitudes de Nelly, una muchacha seducida por el pintor Janeev y que Arbusov, un comerciante, quisiera llevarse consigo, pero que al advertir que está encinta huye llorando. Poco después, en el Círculo, un oficial habla con pocos miramientos de Nelly y Arbusov lo desafía a un duelo. Nelly quiere impedir que tenga lugar, va a ver al oficial y le ruega que no mate a su rival; el hombre, cínico y brutal, le pide a cambio lo que se «pide a una mujer hermosa». Pero, enterado del estado de Nelly, se arrepiente; a la mañana siguiente dispara al aire y es herido de muerte por Arbusov. Así los personajes de la novela aman o quisieran amar, pero «la voz de la Muerte incesante y monótona» despedaza y confunde sentimientos e ilusiones.
«Aquí algunos sufren, gimen y agonizan, allí otros se desmayan, dominados por la fiebre, hombres asesinados gritan bajo los golpes, y otros, roídos por úlceras, se quejan; y todo ello, gritos, gemidos, quejidos, estertores, roturas de huesos, se funde en un acorde que trasciende continuamente y es la música fundamental de la vida». Este es el pensamiento de Arziváchief y está expresado por un personaje de la novela, el ingeniero Naumov, un maniático negador de la vida, un «apóstol del suicidio». El estilo de Arxiváchief es crudo como su pensamiento y abunda en efectos lúgubres y voluntariamente complicados. Pero el pesimismo feroz del autor está mitigado en ciertos momentos por acertadas descripciones de estados de ánimo llenos de cálida y humana compasión. Es un pesimismo el suyo, en el que se transparenta el odio que siente por la vida quien la ama demasiado.
G. Kraisky