[Das Reich Gottes in Bóhmen]. «Tragedia de un caudillo» es el subtítulo dado por el autor Franz Werfel (1890-1946) a este drama histórico en tres partes, publicado en 1930, que representa la obra teatral quizá menos notable y más ecléctica del escritor austríaco.
Quería escribir una especie de drama nacional checo, dando un aspecto de actualidad a la guerra de los husitas, de carácter más nacional que religioso, antes contra el Imperio que contra el Papado. Pero la obra, que es una serie de cuadros episódicos apenas esbozados, con efectos teatrales ya aprovechados (desde Goetz de Berlichingen, v., hasta Florian Geyer, v.; desde Wallenstein, v., hasta la Discordia fraterna en la Casa de Habsburgo, v.), carece de unidad de acción y de fuerza dramática, aunque se concentre toda ella en torno a los dos protagonistas y adversarios, el hereje Prokop, jefe de los husitas, y el nuncio cardenalicio Julián. El «santo» herético aparece siempre, incluso en el Concilio de Basilea, como un aficionado inepto, dudoso, más bien miserable, no sólo por fracasar como marido (su aristocrática mujer huye con un caballero enamorado de ella), como hermano (su hermana también huye y es hallada entre las rameras del campo husita, condenadas a muerte por él mismo), y como hijo (su madre ciega se adhiere en secreto a la religión católica), sino también por fallar en su calidad de caudillo, incapaz de contener a sus bandas en el saqueo y la devastación.
Las simpatías del poeta se inclinan más bien hacia el magnánimo cardenal Julián, inteligente, piadoso, convencido de la necesidad de una reforma eclesiástica y de la superioridad del Concilio sobre el Papa. Dada la carencia de un desarrollo dramático unitario, la obra estaba destinada al fracaso escénico.
C. Baseggio – E. Rosenfeld