[Der Held des Nordens, drei Heldenspiele]. Poema dramático del poeta alemán Friedrich Heinrich Karl de la Motte Fouqué (1777-1834). Es una trilogía en versos aliterativos, formada de dramas o poemas dialogados: Sigurd, el matador del Dragón [Sigurd der Schlangentöter, ein Heldenspiel in sechs Abenteuern, Berlín, 1808], La venganza de Sigurd [Sigurds Rache, Berlín, 1809], Aslauga, ibíd., 1810. Está inspirada en la saga de Los Nibelungos (v.), según la redacción de los Eddas (v.). Como en el Edda, Sigfrido (v.) es llamado Sigurd; Crimilda (v.), Gudruna; Gunther (v.), Gunnar; y Hagen (v.), Hógni, y es hermano de Crimilda.
La fábula es muy conocida: Sigurd mata al dragón, armado de la espada Balmung conquista el tesoro de los Nibelungos y cabalgando Grane atraviesa la llama inextinguible, despierta a Brunilda de su sueño y se convierte en su amante. En la corte de Gunnar su madre Grimildhur le hace beber el filtro del olvido y así ama y se casa con Gudruna, luego ayuda a su cuñado Gunnar a conquistar a Brunilda. Después de algunos años, unas palabras imprudentes de Gudruna revelan a Brunilda que no fué Gunnar quien la conquistó, ni compartió la primera noche su lecho, sino Sigurd. Brunilda jura venganza y lo hace matar por Högni y por otro hermano de su marido que lo arrojan en brazos de Gudruna; luego (como en los Eddas y en Wagner), Brunilda hace preparar la pira al sublime héroe y se inmola en ella. Después de larga viudez, Gudruna se ha casado con Atli, rey de los hunos y sajones (el Atila, v., de los Nibelungos), no para vengarse de sus hermanos por la muerte de Sigurd, sino porque también a ella su madre le ha hecho beber el filtro del olvido. En el país danubiano, donde le crecen hermosos hijos florecientes, Atli invita a Gunnar y a Högni, porque pretende quitarles el tesoro de los Nibelungos, que éstos arrebataron a la viuda de Sigurd. Pero apenas llegan sus hermanos, Gudruna les advierte que están traicionados. Por algunos instantes combate a su lado e incita a sus dos hijos a defenderles contra su padre. Gunnar es arrojado en la fosa de las serpientes.
Högni es descuartizado y su corazón entregado a su hermano. Hasta el fin, Gunnar se niega a decir dónde está escondido el tesoro. Por amor a sus hermanos, Gudruna mata a sus propios hijos y da el corazón y la sangre como comida a Atli; luego, lo hace matar por un sobrino que sobrevive. El incendio de la sala donde están encerrados los últimos hunos y sajones termina la serie de horrores; luego Gudruna se arroja al mar y perece. Teodorico, que llega, llora sobre el estrago irreparable. Fouqué tuvo el mérito de ser el primero de los modernos que se inspiró en el asunto del ciclo heroico germánico; algunas escenas y cantos consiguen evocar eficazmente los tiempos y países del mito nórdico. Los caracteres son completamente rudimentarios y sin huellas de coherencia psicológica, empezando por el de Sigurd, de quien dijo Heine «que encerraba la fuerza de cien leones, pero sólo la inteligencia de dos asnos».
B. Allason