[Vom Mittelalter zur Reformation]. Obra monumental del historiador y filósofo alemán Konrad Burdach (1859-1936), comenzada a publicar en 1912 y continuada hasta la muerte del autor, por varios colaboradores insignes (P. Piur, Al. Berndt y otros). A través de un escrupuloso examen de las fuentes históricas y literarias, llevado con método ejemplar y profunda erudición, el autor trata de mostrar, utilizando los resultados de la historiografía idealista, la comunidad de origen de Reforma y Renacimiento que arrancan del profundo impulso de renovación espiritual, fundamentalmente religioso, que en el siglo XIV, con Petrarca y Cola de Rienzo, se esparció por toda Europa. También la nueva afirmación de la personalidad, el individualismo en suma, que después de Burckhardt se considera como la nota fundamental del Renacimiento en oposición a la tradición dogmaticorreligiosa, se inició en una renovación más íntima, más personal de la conciencia religiosa, que poco a poco se fue desvinculando de las rígidas trabas de la escolástica y que tendía a vivificar y depurar el cuerpo de la Iglesia. Fue en Italia donde este movimiento floreció, mostrando, desde los momentos iniciales, intentos claramente reformadores (piénsese en San Francisco y en Gioacchino da Fiore) y donde muy pronto la tradición, que hacía de Roma la ciudad sacra del Cristianismo, confluyó con el culto renovado por la Roma imperial y por el clasicismo; espíritu reformador religioso, política y humanismo, se funden.
La utopía, que en Dante todavía conserva los colores medievales, con Petrarca y Cola de Rienzo llega a una completa luz humanista, y animada por la lúcida locura visionaria del tribuno y por la exquisita finura del literato extraordinario, irradia desde la corte del inteligente emperador Carlos IV, de Praga, punto crucial de las varias culturas europeas, fecundando sobre todo la cultura alemana (cuyos primeros monumentos, v. Campesino de Bohemia y otros escritos de Johann von Saaz, se vienen publicando en ediciones críticas impecables y son estudiados con infinito cuidado). El mismo impulso espiritual que en alemania debía seguir el más áspero camino de las luchas religiosas, en Italia se expandió más libremente en el regocijo de la creación artística, dando lugar a un antagonismo que en el fondo sólo es aparente (v. Reforma, Renacimiento, Humanismo de Burdach). La interesantísima tesis, triunfante aunque a veces un poco forzada en algunas de sus aplicaciones, ha renovado el tono de muchos problemas, aportando nueva luz para la comprensión de los grandes movimientos con que comienza la época moderna. Por las ya celebradas dotes de escrupulosidad y agudeza en la investigación, por la sorprendente vastedad del material recogido, por las indagaciones sobre los orígenes del Renacimiento, hasta el punto de que muchas de sus conclusiones son hoy patrimonio común de los estudiosos, la obra es fundamental. Interés especial tienen también los amplios y riquísimos estudios sobre Petrarca y Cola de Rienzo, de los que ha hecho una edición crítica de sus Epístolas.
G. Cardona