[Pro Sexto Roscio Amerino}. Fue uno de los más clamorosos Discursos (v.) de Marco Tulio Cicerón (106-43 a. de C.), pronunciado en el año 80 en favor de Roscio, cuyo padre había sido muerto a traición y a quien los mismos sicarios, fuertemente protegidos por el poder político de Sila, acusaban de parricidio; pero a Cicerón le fue fácil desenmascarar la maquinación y salvar, aun a riesgo de su propia vida, a un inocente. El abuso de imágenes retóricas y la abundancia de citas literararias nos revelan a un Cicerón no sólo joven, sino entregado todavía a probaturas, desgraciadas y de dudoso gusto, de arte poética.
F. Della Corte