De Madrid a Napoles, Pedro Antonio de Alarcón

Notas de via­je, también importantes desde el punto de vista histórico, del escritor español Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891), publicadas en dos volúmenes en 1861. El autor describe en ellas sus peregrinaciones por Francia, Suiza y, sobre todo, por Italia, con leves juicios y detalles importantes acerca del arte y la vida de este país, las cuestiones políticas de la época, acontecimientos mili­tares, etc., etc.

En París habló con Rossini en su quinta de Passy, y recuerda esta vi­sita en páginas bastante agradables; en Turín aplaudió a la Ristori en Fedra y en Medea, y a Gustavo Modena en Claudia, de George Sand; fue recibido por el conde de Cavour, que entre otras cosas le dijo: «La causa de los españoles es igual a la de los italianos: tenemos intereses y enemigos comunes»; en París trabó amistad con un sacerdote italiano que le habló con entu­siasmo del carácter noble y generoso de los españoles, de Carlos V en la batalla de Pavía, en la que fue hecho prisionero Fran­cisco I rey de Francia; de Milán, que en ciertos aspectos le recuerda a Sevilla, ad­mira la vida, la alegría, el movimiento, que encuentra «verdaderamente extraordinario», la elegancia de las casas, de los comercios, de los jardines y sobre todo «la singular y escultural belleza de las mujeres milanesas»; en Módena, asistió a la representación de la Virginia (v.) de Alfieri con Ernesto Rossi; Génova, patria de Colón, le da mo­tivo para expresar su enojo hacia la España que fue tan ingrata con el gran na­vegante italiano; en Roma fue recibido por Pío IX en el Vaticano, arrodillándose a los pies del Pontífice, pidiendo perdón por sus pecados de juventud y declarándose tan convertido .de demagogo-revolucionario en conservador-tradicionalista, que, a su regre­so a España, se inscribió en el partido lla­mado «Unión Liberal» capitaneado por el general O’Donnell.

El libro está dividido en once partes: Francia, Saboya y Suiza, Piamonte, Lombardía, el Véneto, las Legaciones, Módena y Parma, Génova, Toscana, Roma, Nápoles, y éstas, a su vez, sub- divididas en numerosos capítulos. De este libro, que ha tenido numerosas ediciones, dicen justamente los autorizados críticos Hurtado y González Palencia que: «Pocas veces se ha interpretado en nuestra lengua el alma o la expresión de las cosas de una manera tan pintoresca, amena y atractiva, y por eso esta obra es el libro moderno de viajes, en castellano, que ha sido más ce­lebrado y más leído»

C Boselli