De la Inteligencia, Hippolyte Taine

[De l’intelligence]. Obra filosófica de Hippolyte Taine (1828-1893), publicada en 1870. Expresa en forma sintética los principios que han guiado , su actividad de crítico e ilustran por medio de una verdadera ideología las afirmaciones de una ciencia naturalista constantemente observadas por él desde sus estudios de juventud hasta sus obras de madurez.

El autor se propone establecer como base de su sistema dos actividades fundamentales: la inteligencia y la voluntad. Precisamente la descamada argumentación que hace fati­gosas las obras de Taine, para la investiga­ción a menudo determinista de los hechos históricos y literarios y su necesaria conca­tenación, es aquí encomiada como elemento científico, por cuanto da al investigador la seguridad de captar lo esencial de las cosas desechando lo accesorio. Pero precisamente en esta actitud Taine muestra la debilidad de su método; porque descuidando aconte­cimientos y personalidades, no capta las características de las diversas épocas y los diversos autores, sino que de algunos ele­mentos tomados como fundamentales saca leyes generales abstractas e incompletas. Sin embargo, él cree que la historia y la crítica literaria deben aproximarse a la ciencia natural, y, como en ésta, deben de­jar aparte los individuos, para examinar las leyes de la vida en sí y por sí. La lógica de las cosas domina el mundo; para quien ama la verdad, nada cuenta el encanto de los elementos particulares ya sea por la sim­patía que inspira una personalidad, ya por el interés hacia una obra poética preferida a otra; sólo el método impersonal y objetivo debe guiar la investigación.

Para estos pro­pósitos es propugnado el método experi­mental como único para alcanzar la reali­dad de las cosas y las leyes que las go­biernan, y sólo la matemática se mueve en una esfera particular y propia, formada de abstracciones; para el historiador, para el filósofo y para el crítico, la fórmula dada sobre un movimiento y sobre un modo de poetizar debe darnos la certidum­bre de la vida e indicar cuánto ha alcanzado la humanidad en sus mudables formas. Es de notar cómo, aun en la ri­gidez de sus afirmaciones, Taine no des­cuidó las intuiciones rápidas, perseguidas con pasión de erudito; por esto afirma el valor de anécdotas y hechos cotidianos, que hasta para dos autores por él tan admirados (Balzac y sobre todo Stendhal) indican un valor representativo a los fines de la recons­trucción de la realidad. Esta obra, de escaso valor especulativo, interesa para el estudio, de la formación doctrinal de un pensador que tuvo tanta intervención en la cultura francesa del siglo XIX. C. Cordié

Taine es un portentoso falsificador y un caricaturista sistemático. (Unamuno)