De la Democracia en América, Alexis-Charles-Henry Clérel de Tocqueville

[De la démocratie en Amérique]. Obra historicopolítica del francés Alexis-Charles- Henry Clérel de Tocqueville (1805-1859), publicada en 1835-1840. Fruto de una mi­sión ministerial en los Estados Unidos, cum­plida con su fraternal amigo y colega Gustave de Beaumont, con el que sobre todo debía explicar en colaboración el Sistema penitenciario (v.), la obra supera las con­tingencias de un examen de la situación moral y social de la democracia america­na, llegando a una verdadera construcción política, fundamental en el pensamiento del siglo decimonónico. En la primera parte, analiza el mundo político y ético de la Con­federación. En la segunda, da un juicio que comprende a la legislación y a la vida, sobre todo con referencia a la situación de los estados de la vieja Europa, especial­mente de Francia, después de la Revolu­ción. La igualdad, factor dominante en la vida del nuevo Estado, es la base de la Constitución, y, en especial, de todo el con­junto de la vida, tanto política como reli­giosa; los mismos orígenes de las colonias de religiosos y de exilados, la lucha con los aventureros, las transacciones y las pa­ces, para el bien de la nueva comunidad, y por fin la rebelión o las formas vejato­rias de gobierno, han sido significativas para el futuro desenvolvimiento de la gran na­ción.

Aun entre los errores inevitables, la libertad individual, tanto en el campo po­lítico como en el económico, indica la po­sibilidad de desarrollo en la vía del pro­greso, en un mecanismo en el que el pueblo se siente el único motor; aunque, si por amor a una laboriosidad incansable se tiende a favorecer al rico en relación con el pobre, el único error, fatal a la vida del Estado, es la centralización, que puede so­meter al país a la voluntad de la mayo­ría. Por otra parte, la industria, especiali­zada extraordinariamente en relación con la agricultura, y la escasa fortaleza de la fa­milia, constituyen, tanto para la economía como para la moral, debilidades que pueden ser graves para el futuro. A las mismas enormes ventajas de la democracia ameri­cana hacen por tanto frente la insuficiencia de la firmeza que se funda en la tradición y en la historia: las democracias pueden de­generar en el más formidable despotismo, si la igualdad no está respetada y tutelada por la conciencia vigilante de las institu­ciones. En el futuro desenvolvimiento de la democracia, americanos y rusos, concluye Tocqueville, tienen una gran tarea que cumplir en la historia de la civilización, pero han de saber mirar bien dentro de las razones ideales de sus respectivas posicio­nes, tanto hacia sus pueblos, como hacia la humanidad.

C. Cordié

Tocqueville tiene el aire de agarrarse a la democracia, como Pascal se agarra a la cruz: enfureciéndose. (Sainte-Beuve)