Crónicas de Proust

[Chroniques]. Ter­cer volumen misceláneo de Marcel Proust (1871-1922), aparecido póstumo en 1927. Reúne escritos juveniles o del primer dece­nio del novecientos, no recogidos en los volúmenes Los placeres y los días (v.) e Imitaciones y miscelánea (v.), con otros más tardíos que alcanzan a 1921. Los más anti­guos ascienden a 1892. Los que forman «Los salones: La vida de París» [«Les salons: La vie de Paris»] repiten la finura del cronis­ta mundano, bien conocida por los lectores de En busca del tiempo perdido (v.); el retrato de «Una abuela» [«Une grand’ me­re»] — la de Robert de Flers — recuerda la abuela de Marcel en su novela. Las páginas «Espinas blancas, espinas rosas» [«Épines blanches, épines roses»] esbozan otras de su obra mayor, así como «La iglesia de pueblo» [«L’église de village»]. Más páginas sobre Ruskin y sobre «La muerte de las catedrales», por la ley de ex­claustración. Entre los escritos de crítica li­teraria es notable un moderado pero deci­dido ataque «Contra la oscuridad» de los simbolistas (1896); magistral un ensayo «A propósito de Baudelaire» [«Á propos de Baudelaire»]; aún es más notable el «A propósito del estilo de Flaubert» [«Á pro­pos du style de Flaubert»], agudamente revelador con su análisis estrictamente téc­nico.

V. Lugli

Toda la obra de Marcel Proust tiende a demostrar que nada existe, me refiero a existencia espiritual: ni la acción, ni los sentimientos, ni el deber, y que sólo exis­te la obra de arte que recoge esta nada y le confiere la eternidad del recuerdo. (Fernández)