[Visoska kronika]. Novela histórica del escritor esloveno Ivan Tavcar (1851-1923), publicada en 1919. La historia, en forma de crónica, de Polikarp Kallan y de su hijo Izidor, comprende las aventuras de dos generaciones durante la Guerra de los Treinta años y en la segunda mitad del siglo XVII.
El aldeano protestante Polikarp, nacido en Poljanska, vive hasta los veinte años en Brdo y en Nüremberg, y después de la muerte de su madre se enrola en el ejército de Wallenstein, pasando un tiempo en el ejército sueco y volviendo a continuación al imperial. Durante este tiempo, con su amigo Lukez y con el alemán Schwarzkobler, roba una caja militar sueca; peleándose luego por el reparto del dinero, mata al alemán. Vuelto a su patria, Polikarp compra dos fincas en Visoko y se casa con Bárbara Wulffling. Pero el remordimiento no da tregua a Polikarp, que, llegado el momento de su muerte, para reparar su culpa, impone a su hijo Izidor que devuelva a Ágata, hija de Schwarzkobler, la mitad de sus bienes, y que se case con ella, si la joven consiente. Cuando Ágata llega a Visoko, se enamoran de ella no sólo Izidor, sino también su hermano, Jurij, así como Marks Wulffling, que, rechazado por la muchacha, se venga acusándola de brujería. Ágata es encarcelada y sometida a un proceso que termina con la prueba del agua, en la cual Jurij la salva. Afirmado a través de tan dolorosas aventuras, el amor de ambos jóvenes, es confirmado con el matrimonio, mientras Izidor deja el país, va a enrolarse como su padre y participa en diversas guerras.
Vuelto a su patria, herido y cansado, se casa con Margarita Wulffling, la novia que había abandonado en su juventud por voluntad de su padre y que le ha permanecido fiel. El desarrollo variado y precipitado de la compleja aventura refleja medio siglo de vida eslovena en la región de ákofja Loka y representa con eficacia la convivencia benéfica de los eslovenos, habitantes del lugar, con los alemanes llevados a aquellas regiones por príncipes extranjeros. La figura del aldeano Polikarp, enamorado de su tierra, sensible y humano bajo su aspecto rudo, atormentado por la duda y el remordimiento y decidido a lavar el alma según su fe, tiene plena evidencia: aun después de muerto su fuerte voluntad seguirá dominando la suerte de la familia. Los episodios innumerables se resumen todos en la unidad de la obra para reproducir con vigor representativo y según el gusto realista que el autor había alcanzado, superando el romanticismo juvenil, la vida de un pueblo en todas sus manifestaciones, y la vida no menos intensa y secreta de cada personaje.
A. Budal