La analística de los reyes de Asiría culmina en los Anales del rey Asurbanipal (669-626 a. de C.), hallados en las ruinas de Nínive, la capital del país. Sobresalen por encima de todos los demás no sólo por su extensión sino también por sus méritos literarios. Mientras los Anales de los demás reyes son en su mayor parte meros relatos, a menudo algo esqueléticos y aun a veces en forma de apuntes, los de Asurbanipal son verdaderas obras literarias, por la viveza de su estilo y por la riqueza de sus detalles en las descripciones. Han llegado hasta nosotros varias redacciones, porque después de cada campaña militar se solía redactar en la cancillería real la relación del último año y rehacer los Anales ya publicados. Además, se tenían varias ediciones, largas y breves. Los Anales asirios se solían inscribir en prismas en columna. Edición de los Anales de Asurbanipal: M. Streck, Assurbanipal und die letzten assyrischen Kónige biszum Ultergange Niniveh’s (Leipzig, 1916).
G. Furlani