Ana, esposa insatisfecha del alto funcionario Karenin, se enamora del apuesto oficial Vronski. El marido le exige el respeto a las formalidades sociales, pero Ana, que ha quedado encinta de su amante, huye con él a Italia. La sociedad petersburguesa deja de lado a la adúltera, mientras que el marido se niega a concederle el divorcio y le impide ver al hijo nacido de su matrimonio: desesperada por el aislamiento en el que se encuentra y por la creciente incomunicación con su amante, del que se siente celosa sin motivo, Ana se quita la vida arrojándose bajo un tren. Otro de los protagonistas de la novela es el terrateniente Levin, deseoso de encontrar una fe auténtica y decidido a construirse una vida familiar tranquila y austera con su mujer Kitty, lejos de las fatuas disputas de la sociedad moscovita. En las sencillas palabras de un campesino encontrará el impulso hacia una renovación interior de tipo evangélico.