Colección de cantos populares de amor publicada con este título arbitrario por Wilhelm Wagner en 1879 en Leipzig sacándolos de un manuscrito del British Museum del siglo XVI. Igualmente arbitrario es el título de Juegos de Amor dado por sus editores más recientes Hesseling y Pernot (París, 1913). El manuscrito lleva el título de Versos de amor y de cariño. Este pequeño «corpus» de 714 versos polípticos (decapentasílabos) es una miscelánea de varios cantos de amor. Contiene un diálogo entre un joven y una muchacha, ordenado en forma de acróstico alfabético desde la A hasta la M (1-108); un grupo de 15 dísticos en orden alfabético de la A a la O’. con varias lagunas, que expresan lamentos de amor (109-139); después viene el canto principal de la recopilación. Es una novela, o mejor dicho, una «disputa» de amor. Un joven que lleva dos años enamorado de una muchacha le declara su amor. La muchacha responde que aún es demasiado joven para amar, a lo cual el joven replica que también los niños pueden sentir amor. Entonces la muchacha dice que le propondrá cien preguntas de amor; si él las contesta le hartará de besos. El joven dice versos de amor en estrofas ordenadas, en acróstico numérico. A la décima, la muchacha comienza a ceder; le da un beso y le alivia haciéndole seguir por decenas.
Así, las estrofas sucesivas están ordenadas según los números de veinte a cien, de diez en diez. Al fin la muchacha cede por completo, pero el joven, después de haberla gozado, se burla de ella (139-330). Los versos que siguen contienen poesías diversas entre las cuales está el lamento de una joven, y el canto de amor de un joven, interrumpidas por un tercer acróstico alfabético que reproduce el diálogo entre dos amantes (620-669). La cronología de la composición de estos cantos es difícil de establecer porque han sido recopilados por un ordenador entre cantos de orígenes y tiempos diversos. Parecen, sin embargo, anteriores a la caída de Constantinopla por la circunstancia de que se hace mención en ellos del emperador, de la corte imperial y de otros elementos bizantinos, que no es posible considerar como recuerdos del pasado. Acerca del lugar de origen de los cantos, nada preciso puede decirse, porque su lengua es bastante común, con alguna particularidad de las islas orientales del Archipiélago griego. El valor poético de toda la colección es notable. Estos cantos pueden colocarse entre los más bellos de la poesía popular griega, llenos de vida y de pasión, y tienen además un valor histórico, porque ofrecen las muestras más remotas de la poesía popular neohelénica, que figura entre las más interesantes de todas las literaturas.
S. Impellizzeri