Siete Años en el Sudán Egipcio, Romolo Gessi

[Sette anni nel Sudan egiziano]. Diario de Romolo Gessi (1831-1881), publicado en 1891. Pocos años después de los primeros contactos con las poblaciones negras del Alto Sudán, los árabes comenzaron a ejer­cer el comercio de los esclavos, para ellos más provechoso que el del marfil y de las pieles. Preocupado, el gobierno egipcio del Kedive pidió entonces a Inglaterra un hom­bre que reuniese en sí las cualidades de hombre político y de general para poner fin a la trata, que ya había adquirido pro­porciones vastísimas.

Inglaterra envió al co­ronel Gordon, que tenía como ayudante al italiano Romolo Gessi, el cual en esta obra narra sus aventuras como jefe de Estado Mayor de Gordon. En realidad, la obra de Gordon se limitó a la parte política y ad­ministrativa, mientras Gessi fue quien llevó a cabo las más importantes empresas mili­tares y geográficas. Para establecer si el lago Alberto vertía sus aguas en el estua­rio del Nilo o en el del Congo, Gessi re­montó el curso del Nilo hasta las cataratas de Diflis, prosiguió después hasta realizar el primer periplo del lago Alberto, y descubrió así que las aguas del lago se vierten en el estuario del Nilo y de allí en el Medite­rráneo. Después de esta empresa, Gessi, a consecuencia de una discusión con el coro­nel Gordon, presenta su dimisión y vuelve a Italia. Allí organiza una nueva expedi­ción que fracasa míseramente, porque en El Cairo los fanáticos musulmanes incen­dian el vagón ferroviario que contiene todo el material de la expedición. Con el doctor Matteucci, Gessi parte entonces en busca de la expedición Cecchi-Chiarini, de quie­nes no se tenían noticias, y llega hasta el país de Gala, de donde ha de partir pre­cipitadamente por penuria de víveres y hos­tilidad de la tribu vecina.

En Jartum vuelve a encontrar al coronel Gordon, que le ofrece el mando de la expedición contra los rebeldes y los negreros del río de las Gacelas. Con cuarenta soldados Gessi parte de Jartum para dominar la revuelta; su cometido es arduo sobremanera, porque la trata está organizada y dirigida por los mismos funcionarios gubernativos; con todo, consigue reunir en las guarniciones a lo largo del río cerca de 3.000 hombres, y con ellos persigue a Suleimán, jefe de los ne­greros, hasta que éste se decide a aceptar la batalla. Después de victoriosos encuen­tros, en los cuales los negreros pierden más de 4.000 hombres, Gessi se apodera del cam­po fortificado adversario y persigue, con una columna volante de sólo 300 hombres, a Suleimán, que había conseguido huir con 800 galabas, y lo hace prisionero. Después de esta victoriosa expedición, Gessi, nom­brado gobernador del Bahr-el-Gazal, de­mostró ser hábil organizador y permaneció en su cargo hasta que estalló en El Cairo la revolución que obligó a todos los euro­peos a dejar sus cargos. Quebrantado por su larga permanencia en aquella malsana región, Gessi no pudo volver a su patria y falleció en el hospital francés de Suez. Este diario es más obra de soldado que de literato. Los escritos de Gessi tienen notable interés documental, y por el ím­petu de su estilo espontáneo y fluido re­velan, ciertamente, dotes nada comunes de claridad y concisión, que son su principal característica.

F. Dusi