Un joven caballero que encarna a Enrique IV de alemania en una especie de cabalgata histórica se cae del caballo, se golpea la cabeza y pierde el conocimiento. A lo largo de doce años se cree en verdad el emperador; cuando recobra la razón, descubre que Matilde Spina, la mujer a la que amaba, se ha convertido en la amante de un odiado rival suyo, Tito Belcredi.
Decide entonces seguir fingiéndose loco para no retornar a la realidad: pero cuando Matilde con su hija Frida, Belcredi y otros acuden a visitarlo, les revela la ficción. Sin embargo, el recuerdo de la juventud perdida lo abrasa; además, sabe que la caída no fue accidental, y quiere vengarse. La Matilde actual no representa ya nada: para él la Matilde de entonces es la Frida de ahora, y es a Frida a quien quiere. Pero cuando abraza a la muchacha, Belcredi se abalanza sobre él y Enrique lo traspasa con la espada. Ahora que ha cometido un asesinato, está condenado a no abandonar jamás su ficción.