[Cadmus et Hermione]. ópera en cinco actos de Giovanni Battista Lully (1632-1687), libreto de Philippe Quinault, representada en 1673. Señala una etapa fundamental en la historia del teatro lírico, pues crea una forma dramática nueva, la de la tragedia lírica. Consciente de los efectos del género «pastoril», al cual se había amoldado el teatro musical de aquel tiempo, en que dominaban las arcádicas figuras de pastores que se expresaban en lánguidas estrofas amorosas, sin que subsistiese ya un verdadero interés dramático, Lulli quiso intentar la tragedia lírica como unión perfecta de música y poesía; posición ésta adoptada a primeros de siglo por los florentinos (Peri, Caccini, etc.), cuyas obras habían caído en olvido y probablemente ni el propio Lulli conocía. El libreto de Quinault experimenta, en una intriga artificiosa el influjo italiano, si bien ligando con mayor lógica las escenas y los actos e incorporando además el ballet en la acción. Cadmo ama a Hermione, hija de Marte y prometida al terrible gigante Braco. Para conquistarla, Cadmo afronta y mata al dragón de Marte y después combate, estando a punto de morir en la lucha, con Braco, el cual es transformado finalmente en estatua por Palas. Juno, sobre un arco iris arrebata entonces a Hermione, en el momento en que está a punto de unirse con Cadmo.
En el último acto los héroes de la obra reciben la recompensa de su constancia y todos los dioses participan de su felicidad. Los pastores que Lulli había desterrado de su tragedia, se refugian en prólogos, que representa la fábula de la serpiente Pitón y glorifica al Rey Sol, haciendo alusión a la guerra de Holanda, llevada a cabo victoriosamente. La estructura de la obra está basada en su recitativo, el cual — convertido en típicamente francés — constituye precisamente la aportación más nueva de Lulli. En Cadmo el recitativo está moldeado sobre la sonoridad misma de las palabras, desarrollando de los versos de Quinault la melodía que se halla en estado latente en ellos. En general el autor sacrifica la música al texto: hasta las «arias» están construidas de manera que hagan comprender claramente las palabras: el canto nace así del mismo recitativo; es sencillo y está despojado de aquellos excesivos ornamentos y embellecimientos que se hallan en la música operística de la época. La orquesta está tratada de modo decorativo (escena del terremoto en el prólogo y sacrificio a Marte en el tercer acto), y la obertura pertenece al tipo creado por Lulli entre 1656 y 1658, y al que permaneció siempre fiel; tienen extraordinaria variedad. La fórmula de la tragedia lírica en Francia servirá de modelo a todos los compositores de óperas durante más de un siglo.
M. Dona