El Génesis de Viena, Wilhelm Ritter Von Hartel y Franz Wickhoff

[Die Wiener Genesis]. Obra crítica en la que colaboraron Wilhelm Ritter Von Hartel (1839-1907) y Franz Wickhoff (1853-1909), aparecida en Viena en 1895, y en Berlín en 1912 con el título Rómische Kunst y el subtítulo Die Wiener Genesis.

Ilustra al más antiguo ma­nuscrito cristiano, escrito sobre pergamino purpúreo, que contiene fragmentos del pri­mer libro de Moisés: cada página lleva bajo el texto una ilustración pictórica, de las que Lambecius había hecho una primera publicación en 1670. Todas las páginas del precioso manuscrito están reproducidas en grandes láminas: von Hartel escribió los capítulos concernientes a la historia, al con­tenido, al texto y a la época del manus­crito, en tanto que Wickhoff redactó los relativos al estilo de las ilustraciones y la historia de su desenvolvimiento artístico, comentando luego cada escena en particu­lar. Von Hartel, que hizo la transcripción del texto, gracias a cuidadosas comproba­ciones consiguió datar el texto manuscrito en el siglo V d. de C. Para resolver el problema estilístico de las pinturas de tal período, sintió la necesidad de estudiar los antecedentes artísticos con que las obras cristianas están en relación. Así nacieron los capítulos de síntesis sobre el arte ro­mano que dan a la obra su mayor interés. El mérito de Wickhoff consiste por tanto en haber sido el primero en comprender el valor y originalidad del arte romano, con­siderado antes de él como una degenera­ción del griego, del que no era sino un desenvolvimiento barbarizado. Comprendió que, cuando la palabra evangélica se difun­dió, no sólo en Oriente, sino también en el mundo romano de Occidente, debió recurrir al auxilio de las formas artísticas de su tiempo; por ello, para entender las escenas del Génesis vienés, era necesario tener an­tes que nada una idea clara del mundo artístico anterior.

Estudió sobre todo la for­ma narrativa propia de tales escenas, y pudo definir así los orígenes y los varios aspectos del «estilo continuo» que consti­tuye uno de los factores esenciales del arte romano. Puso después en claro los carac­teres nuevos de los relieves históricos ro­manos, tales como los del arco de Tito y del arco de Trajano en Benevento, y la sintaxis compositiva de los sarcófagos; vio en el estilo de Augusto la relación con el arte helenístico y puso de relieve el ca­rácter ilusionista de la escultura y la pintura del período augusteo y flavio, carácter que lleva a la creación de un lenguaje ori­ginal romano. Comprendió los nuevos va­lores espaciales del arte romano, y la im­portancia del elemento paisajístico y del fondo. Vio en las escenas del Génesis ac­tuar todavía este estilo narrativo y conti­nuo, y distinguió las distintas «manos», los varios pintores, llamándolos el «miniatu­rista», el «colorista», los «ilusionistas». Es­tas primeras intuiciones de Vickhoff, a las que no fue extraño el influjo del método de Morelli, serán más tarde desarrolladas por A. Riegl y fructificarán en seguida, si bien muchas de las conclusiones, tanto las relativas al arte romano en general como las referentes al Génesis en particular (hoy está demostrado que es obra del tercer cuarto del siglo VI), estén hoy superadas. Primera edic. italiana por Carlos Anti y trad. de E. Anti con el título de Arte ro­mana (Padua, 1947).

G. Becatti