Julián Sanz del Río

(Torre Arévalo, Soria, 1814 – Madrid 1881) filósofo español.

Estudió en las universi­dades de Granada y Madrid, y en 1843 fue pensionado por el gobierno para ampliar sus estudios. El contacto en Bruselas con Ahrens y, en Heidelberg, con Roeder y Leonhardi, le dio a conocer el pensamiento de Krause, de cuyas doctrinas fue difusor en España a través de la cátedra y de obras como Lecciones sobre el sistema de fi­losofía analítica (1850) o Ideal de la humanidad (1860), adaptación libre de Krause. Catedrático de filosofía de la universidad de Madrid y decano de su facultad tras la revolución del 68, formó a su alrededor un grupo de dis­cípulos que marcan la historia del pensamiento español en la segunda mitad del siglo XIX. Otras obras: Sistema de filosofía (1860 y 1874), Análisis del pensamiento ra­cional (1877) y Filosofía de la muerte (1877). sapiencial, literatura literatura de inspiración gnó­mica y didáctica del próximo Oriente antiguo. Presenta una sustancial homogeneidad, tanto en la forma, que es siempre poética, como en los contenidos: es en realidad expresión de las experiencias morales de la clase culta, que estaba en relación directa con el poder político, y por tanto, tendencialmente conservadora. La más significati­va de las l.s. es la egipcia, que se vale especialmente del género literario de la «enseñanza» dirigida por un padre a un hijo: desde el III milenio a.C. hasta la época hele­nística, cabe recordar las Enseñanzas de Ptahhotep, el destinado a Merikara, el de Amenemhet /, los de Any, el de Amenemope, el del papiro Insinger, y además los dos poemas profundamente pesimistas, Diálogo de un de­sesperado con su alma y (finales del III milenio a.C.), El canto del arpista. Mayor variedad de géneros literarios y de motivos presenta la l.s. mesopotámica. Existen colec­ciones de proverbios y de máximas en sumerio (m mile­nio a.C.), acádico y arameo (I milenio a.C.: Proverbios de Ahiqar); en sumerio existe también una recopilación de fábulas. Es poco frecuente, por el contrario, el géne­ro de las «enseñanzas»: el sumerio Enseñanzas de Shu- ruppak, traducido también en acádico; los babilónicos Consejos de cordura para el buen comportamiento; y los Consejos a un príncipe (comienzos del I milenio a.C.) con exhortaciones al buen gobierno. Extendido estaba el gé­nero de la «recuesta», bajo forma de diálogo; en sume­rio se tienen recuestas entre verano e invierno, entre aza­da y arado, pájaro y pez, etc.; en acádico entre tamaris* co y palma, buey y caballo, etc. El tema del dolor, ya afrontado en época de los súmenos, fue retomado en época babilónica con el Poema del justo que sufre. En­tonación sapiencial posee también la redacción babilóni­ca del poema de -* Gilgamesh, que afronta el problema de la muerte y del valor de la vida. Última en orden de tiempo, la l.s. hebraica remite a modelos egipcios y me- sopotámicos, aun cuando acentuando el momento reli­gioso del «temor de Dios». Sobre el género de las «ense­ñanzas» egipcias están construidas las máximas del libro de los -* Proverbios y del -* Eclesiástico; la problemá­tica babilónica del dolor y de la caducidad de la vida rea­parece tanto en -* Job como en el Eclesiastés. El contac­to de la tradición hebraica con la cultura griega, en Ale­jandría, produjo dos obras, en griego: la -* Sabiduría y el apócrifo IVLibro de los Macabeos (sig. I d.C.), opús­culo con pretensiones filosóficas.