Nació en Berlín el 17 de marzo de 1733, murió en la misma ciudad el 6 de enero de 1811. Junto con Lessing y con M. Mendelssohn es una de las principales figuras de la Ilustración alemana. No es ciertamente el más genial del triunvirato. Hijo de un librero, que poseía también una editorial, se encontró desde joven en contacto con las obras más en boga en su tiempo. Temperamento curioso de todo y atento, se formó una cultura en parte por sí mismo, aunque también contó con buenos profesores en la escuela técnica en que se formó. Para oponerse a la influencia francesa entonces dominante, le ayudó siempre una preparación bibliográfica bastante buena y un conocimiento de la literatura inglesa, hasta el punto de que Sterne, Goldsmith e incluso Fielding pueden haber proporcionado algunos rasgos a su novela más famosa, Vida y pensamientos del señor maestro Sebaldo Nothanker [Leben und Meinungen des Herrn Magisters Sebaldus Nothanker]} que, publicada en tres volúmenes, de 1773 a 1776, le proporcionó éxito y relaciones.
Pero el mayor mérito de Nicolai en este período consiste en haber contribuido a la difusión de la cultura: sus Cartas sobre el estado actual de las bellas ciencias en Alemania (1775, v.) le pusieron en relación cori Lessing y con Mendelssohn, con los cuales publicó las revistas Bibliotek der schönen Wissenschaften und freien Künste (Biblioteca de las bellas ciencias y de las artes liberales, 1756- 1759) y Cartas sobre la literatura contemporánea (1759-65). Después de la muerte de su padre (1758) hubo de tomar, al principio a disgusto, la dirección del negocio editorial y de librería; pero por su celo y la sagacidad que mostró obtuvo brillantes resultados financieros, después de haber iniciado su actividad comercial casi con pasivo. Hubo un tiempo en que, gracias a sus iniciativas editoriales y culturales, cuyo más bello monumento continúan siendo los 250 volúmenes de la Allgemeine Deutsche Bibliotek, estuvo en contacto con los más notables escritores contemporáneos, como, además de los ya citados Lessing y Mendelssohn, Herder y Hamann, Merck y Musäus, Tieck y Mösser.
Con perfecta buena fe y tenacidad digna de mejor causa, combatió Nicolai, por una parte, la ortodoxia y a los pietistas, por otra, a los románticos, y sobre todo a los que elogiaban los derechos del hombre genial. Así fue como al final de su vida todos se le echaron encima — y se comprende que su fama padeció por ello durante más de un siglo —. Kant y Fichte, este último de un modo verdaderamente atroz, y después Goethe y Schiller, Maler Müller y Tieck se encarnizaron contra él mucho más de lo que merecía. No carecía de culpa, por lo demás, en lo que le ocurría: basta pensar que en 1775 había escrito, en oposición a Goethe, Las alegrías del joven Werther [Freuden des jungen Werthers]. Hoy se reconoce que sus obras interesan más a la historia de la cultura que a la del arte y sólo sobrevive la Descripción de un viaje a través de Alemania y Suiza en el año 1781 [Beschreibung einer Reise durch Deutschland und die Schweiz im Jahre 1781] que proporciona una imagen casi siempre fiel de la vida de la época.
R. Paoli