Nació en S. Bartolomeu de Messines (Algarve) el 8 de marzo de 1830 y murió en Lisboa el 11 de enero de 1896. En 1849 ingresó en la Facultad de Derecho de Coimbra; pero hasta diez años después no logra concluir una carrera universitaria que él mismo define laboriosa «como la guerra de Troya».
Mientras tanto, había conseguido afianzarse en el ambiente universitario como notable poeta y logró una gran admiración del joven Antero de Quental. Vuelto en 1862 al Algarve, ingresó en la redacción del periódico O Bejense, en la que permaneció hasta 1864. A esta época pertenece lo mejor de su producción poética, la cual, aparecida primeramente en diarios y revistas, fue reunida luego (1868) en un tomo con el título Campo de flores (v.). Elegido diputado, se traslada a Lisboa en 1869.
Sin embargo, ajeno a la política, dedicóse por entero al perfeccionamiento de un sistema propio para la enseñanza de la lectura, que, con el nombre de Cartilha Maternal (1879), alcanzó gran difusión en Portugal y el Brasil, y sólo recientemente se ha visto descartado por otros métodos más modernos. Tal actividad le valió en 1888 el cargo de comisario general para la enseñanza de la lectura, y en 1895 grandes y afectuosas manifestaciones de los estudiantes portugueses en su honor.
La muerte del poeta, ocurrida el año siguiente, provocó un duelo unánime, y su cadáver, tras la celebración en Lisboa de unos funerales que se hicieron famosos por su pompa, fue sepultado en el monasterio de los Jerónimos, el panteón de los grandes hombres del país. En sus versos, de los que Teófilo Braga ofreció en 1893 una nueva edición ampliada, nuestro autor se revela poeta de inspiración fácil y muy dulce, dotado de lozana sensualidad, suave melancolía y cándida espiritualidad.
L. Estegagno Picchio