Iacopo Sannazaro

(Nápoles 1455/56 – 1530) poeta y humanista italiano. De noble familia originaria de la Lombardia, fue acogido en la Academia Pontaniana con el nombre de Actius Syncerus. En 1481 fue nombrado ca­ballero de la corte y en poco tiempo se impuso como una de las personalidades relevantes del mundo cultural na­politano. En 1501 siguió a Federico III de Aragón al exi­lio francés. Muerto el rey, S. regresó a Nápoles y vivió el resto de su vida en su villa de Mergellina. La experien­cia del exilio es el único hecho destacado de la vida de S., exilio que marca también una separación entre dos etapas netamente diferenciadas de su producción litera­ria. La primera se caracteriza por el uso predominante de la lengua vulgar y por un experimentalismo inquieto y fecundo que tiene su culminación en la Arcadia (1501), pero que también da frutos interesantes como las Farsas (Farse) y las Rimas (Rime, 1530), que marcan uno de los puntos más altos del petrarquismo del sig. XV. En la se­gunda etapa, S. se expresa únicamente en la lengua de los clásicos, mas se trata de un latín sin ninguna rigidez escolástica: Elegiae (1500 aprox.), Epigrammata (1535), Eglogae piscatoriae (1526), el poema De partu Virginis (1526). La obra maestra de S. es la Arcadia, libro mixto de prosa y verso, primer ejemplo y modelo de un nuevo género literario, el de la novela pastoril. La narración principal tiene por protagonista el poeta mismo en la per­sona del pastor Sincero, que huye a Arcadia para buscar consuelo a un amor desgraciado; tras haber tomado par­te en la vida apacible y serena de los arcadios, es guiado por una ninfa a las inmediaciones de Parténope y allí des­cubre que la muchacha amada ha muerto. A esta histo­ria se entrelazan relatos menores con personajes varios, del mundo bucólico, y episodios de magia, de amor y de caza, cargados de referencias a la vida cultural y política napolitana. El éxito europeo de la Arcadia fue enorme, y su imitación se dejó sentir en las églogas de Gardlaso, en Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor, en la Arcadia de Ph. Sidney, en la Astrea de H. d’Urfé, y en la Ninfa Ercinia de M. Opitz.