(apelativos honoríficos Tui Chih, Chieh Ti; sobrenombre, Ch’ang Li). Nació en Téng-chu (Honan) en 768 y m. en 824, bajo la dinastía T’ang (618-906). Literato y político chino, quedó muy pronto huérfano de padre y hubo de asumir el cuidado de la madre y el hermano. Cuando éste fue desterrado a Kuangtung, él y su progenitora le acompañaron; después de su muerte, regresaron ambos a Honan, donde H. Y. entregóse con ardiente pasión al estudio de las Letras. Una vez graduado, obtuvo un empleo, y luego, en un progresivo ascenso, logró llegar a presidente del ministerio de Ritos.
A causa de un memorial ofensivo dirigido contra el emperador fue degradado y enviado a Kuangtung. En 819 un segundo memorial en el que protestaba de ciertos honores extravagantes que el soberano pensaba tributar a un supuesto hueso de Buda le llevó al borde de la condena a muerte; fue desterrado a Ch’ao-chu, en el mismo territorio de Kuangtung, donde se dedicó a civilizar a los incultos indígenas. Reintegrado a su cargo pero débil de salud, no pudo resistir una grave enfermedad, que le condujo a la tumba. Su existencia, perturbada por continuos sinsabores, convirtióle en un espíritu melancólico, que se refleja netamente en su producción literaria. Vivió durante la decadencia de los T’ang. Las grandes figuras del período habían desaparecido una tras otra: Li Po (m. 762), Tu Fu (m. 770), Wang Wei (m. 759), Méng Hao-jén (m. 740). Fue, empero, contemporáneo del último gran poeta, Po Chü-i (v.), nacido aproximadamente en la misma época y muerto cuarenta años después que él.
Ardiente confuciano y adversario intolerante del budismo y del taoísmo, ello, sin embargo, no le impidió mantener una amistad íntima con el fervoroso budista Liu Tsung-Yüan (v.), con el cuál sostuvo fuertes polémicas. Sus obras se hallan reunidas bajo el título Han Ch’ang-Li Chi (v.). En prosa fue un maestro original y revolucionario, por cuanto dio soltura y libertad de expresión al estilo tradicional obligado; como poeta no es muy conocido, sobre todo a causa de las innovaciones prosódicas y de dicción que hacen difíciles sus poesías. Fue venerado como Wên Kung o «Duque de la Litératura», y su estela quedó admitida en el templo confuciano en 1084.
B. Fedele