Decir de un libro que es difícil de clasificar suena a tópico, pero en este caso no queda otro remedio. Aunque aparece publicado en una colección de literatura fantástica, y lo vamos a poner como tal en esta web, lo cierto es que El león de Boaz Jachim y Jachim Boaz podría tratarse más bien de una obra filosófica, o de una larga parábola atemporal, en la que los personajes, y los espacios y el tiempo no quedan del todo delimitados y precisamente con la intención de que el centro de la narración sean las ideas y las sensaciones.
La historia comienza con un hombre que hacía y vendía mapas. Mapas de dónde encontrar las mujeres más guapas, mapas para ladrones donde encontrar dinero y mapas para policías donde encontrar ladrones. Todo podía ser encontrado en sus mapas. Y estaba haciendo un enorme mapa que sería el legado para su hijo. En ese mapa estaba todo lo que podría necesita para empezar en la vida, y ese sería el principal tesoro que le dejaría como herencia.
Un día le enseño el mapa a su hijo y le preguntó que querría buscar. El hijo le contestó que un león, y el padre, desconcertado, le respondió que ya no había leones…
A partir de aquí tenemos una historia iniciática de viajes, aventuras, identidad perdida, enfrentamiento con el tiempo y con el mundo, y toda una suerte de sucesos, algunos líricos y otros humorísiticos. Cada cual va creando su mapa donde señalar puntos memorables y cada cual sigue su camino en busca de una huida o un encuentre, mientras prosigue el eterno enfrentamiento entre quienes disfrutar de una vida cómoda y quienes se arriesgan a buscar su propia ruto, o su propio destino.
Los ambientes están plenamente conseguidos a pesar, o gracias precisamente, de que en ningún momento se delimitan, dejando al lector la extrañeza de que un libros basado en la idea de un mapa no mencione finalmente ninguna ciudad no ningún accidente geográfico. Sólo personas, caracteres…
Escrita con magnífica sensibilidad, la novela del león es un guiño mágico a lo que sólo puede ser prosaico. Una novela inquietante para un estado de ánimo concreto.
Recomendable.