Lo de "literatura infantil y juvenil" no es sólo una drástica simplificación, como toda etiqueta, sino un marbete impreciso donde los haya que, en vez de presentarnos el producto, hace una valoración equívoca del mismo en virtud de su destinatario potencial. No todas las novelas para jóvenes pueden presumir de juventud, qué más quisieran; infinidad de ellas vienen al mundo con artritis, problemas de vista y acusada sordera, achacosas, irremediablemente asistencia, viejas. Tampoco los libros para niños son siempre infantiles; un adjetivo, además, que en literatura siempre ha arrastrado una estela negativa. Siendo como es para niños, como tal nació, pocos se atreverían a calificar de "infantil" la Alicia en el País de las Maravillas (1865) de Lewis Carroll, un artefacto poético nada inocente, diría subversivo, cuyo objetivo no sólo es construir un universo de fantasía autosuficiente, sino trastocar la concepción de la realidad, más aún: cuestionar el orden social aceptado… Todas estas cuestiones terminológicas son secundarias, ni qué decirlo, pero apuntan la desidia con que la crítica suele afrontar el análisis de un capítulo que atrae a no pocas editoriales e impele a numerosos profesionales, en fin, que mueve muchos dineros.
FICHA DEL LIBRO
ENLACE AL LIBRO: CONVERTIR ESTE LIBRO «
TÍTULO=»Pequeña gran literatura»
ENLACE DE DESCARGA: ENLACE DE DESCARGA (En el banner vertical)
REFERENCIA Y AUTOR: «Pequeña gran literatura»
FORMATOS DISPONIBLES: EPUB,FB2,MOBI