Lo sabéis todos los que leéis a menudo los comentarios sobre libros en esta web: tengo debilidad por los rusos y me acerco siempre a ellos con la ilusión del que está a punto de abrir un regalo y no tiene aún ni idea de lo que puede contener el paquete.
En esta ocasión, tengo que reconocer que la conclusión es agriduclce: pro una parte, me he divertido mucho con algunos pasajes de este libro absurdo, desenfadado, demencial y surreealista por momentos, lleno de personajes que perfectamente podrían haber salido de la novela picaresca española. Por otro lado, creo que el libro ha sufrido mal el paso del tiempo, y lo que en su día podía ser novedoso, hoy es un poco manido; lo que en su día podía ser grotesco, hoy es bastante simplón, y lo que en su día podía ser un ataque social, con crítica política, soy es un mar de bostezos partidistas.
Tenemos que decirlo claro: el libro es propaganda soviética, se escribió como tal, y se publicó como tal en los años treinta, después del NEP, el periodo del gobierno de Lenin en el que se permitió tímidamente la iniciativa empresarial privada. Publicado en tiempos de Stalin, lo que se pretende dar a entender es que cualquier cosa que sea pretender ganar algo de dinero es una basura que te convierte en un ser ruin, mísero, codicioso y despreciable. De hecho, no hay un sólo personaje que pretenda tener un negocio que no sea a la vez un canalla intentando aprovecharse de su prójimo.
Dicho esto, el héroe del libro es un tipo sin oficio ni beneficio, el típico pícaro, que busca las debilidades de los demás para vivir a su costa y burlarse de ellos. La trama consiste en la búsqueda de doce sillas de un comedor confiscadas durante la revolución, puesto que en una de ellas una mujer de la nobleza escondió sus diamantes. Elrecorrido pro distintas situ7aciones y peripecias es realmente divertido. La conclusión, no está a la altura ni de lejos.
Pero no se puede decir que sea una estafa. En absoluto. Es un libro ligero para gente ligera. Como tal, cumple.