Un libro de cuentos que hay que recomendar necesariamente, por el empleo que el lector hace del lenguaje, por el poder de su imaginación y por la sutileza de los relatos, bellos en su concepción, impecables en su ejecución.
Como ya decíaa Ángel Zapata en el prólogo a la edición de sus cuentos completos (Páginas de Espuma, 2004), "cuando Medardo Fraile describe un bar nos ofrece más bien la ausencia del bar, todo lo casual, aéreo y contingente que puede haber alrededor: todo menos el bar. Su obra es el desarrollo de un minucioso plan de distracción: desviar la vista del centro de las cosas, que suele ser tan evidente como pretencioso, para atender a esas "naderías que todos hacemos". La mirada tierna y elusiva de Fraile podría resumirse en esta mínima observación: "La estuvo mirando tres minutos; dos de ellos los dedicó a la nariz".
Los relatos que componen este volumen son un conjunto de pequeñas sorpresas precisamente en ese sentido: sorpresas de lo cotidiano, con pequeños milagros que ni entran enlo mágico ni falta que les hace.
Este es un libro muy difícil de encontrar, pero si llegáis a dar con él vale la pena.
Los títulos que contiene son.
-El retrato.
-Un juego de niñas.
-Las