I guerra mundial: Ferdinand Bardamu es herido; durante su convalecencia en París conoce a Lola, una americana. Desmovilizado y con intención de partir para América acaba, en cambio, en África: a partir de este momento se ve envuelto en una serie de aventuras, tanto trágicas como chuscas, que sirven al autor para fustigar a la sociedad moderna con sus guerras, sus aventuras coloniales y sus infinitas absurdidades e imposturas.
Tras una breve temporada en África, Bardamu consigue llegar felizmente a América, donde se enrola en el servicio de inmigración. A pesar de todo, América no le resulta más soportable que África: después de encontrar de nuevo a Lola, le pide prestada una importante suma de dinero y regresa a Francia. Abre un gabinete médico en provincias y no duda en practicar abortos: sin embargo, cansado muy pronto también de esta experiencia, vuelve a París, donde un amigo, el sensato Parapine, le proporciona un nuevo trabajo.