De la novela de Bulwer derivó el argumento de la obra en cinco actos Rienzi, texto y música de Richard Wagner (1813- 1883); fue estrenada en Dresde en 1842. En ausencia de Rienzi, los Orsini intentan raptar a su hermana Irene, pero los Colonna, con Adriano, que la ama, la defienden con las armas, y la muchedumbre, que interviene con el cardenal Albornoz, se esfuerza en vano por poner paz entre ambas facciones.
A la llegada de Rienzi estalla la revuelta. También Adriano — a pesar de ser uno de los nobles — estará con la plebe rebelde. Cuando el tribuno comparece en la puerta del templo, armado y escoltado por el legado papal, la revuelta ha triunfado: Rienzi es dueño de Roma. Los nobles se conjuran para matarlo; Adriano niega su colaboración. Colonna rompe la punta de su puñal en la cota de malla de Rienzi, y aunque el pueblo pide la muerte del culpable, Rienzi, ante las súplicas de Irene y Adriano, perdona; los nobles, ofendidos por aquella humillante clemencia, no se dan por vencidos y excitan al pueblo, en el cual se multiplican las deserciones. El Papa añade su excomunión. Rienzi acaba por encontrarse solo contra todos, salvo Irene, la cual está dispuesta hasta a rechazar a Adriano por escudar a su hermano. Finalmente la muchedumbre asalta e incendia el palacio y Rienzi muere bajo sus ruinas, junto con los dos enamorados.
Compuesta con la esperanza de estrenarla en París, la ópera Rienzi conserva su carácter, que se adapta al tipo de «gran ópera». Marchas, desfiles, danzas, grandes dúos, arias con «a capo», llenan sus cinco actos meyerberianos dejando muy poco lugar a la auténtica emoción. Valga el juicio del propio Wagner: «No es toda despreciable, sin embargo, esta obra de juventud». Además de su obertura, contiene, en efecto, muchas páginas apreciables, pero estamos con ella lejos todavía de aquel estilo personal que Wagner hallará en sus obras posteriores.
E. M. Dufflocq
* Han musicado el mismo argumento otros autores; es digno de notar el Rienzi del ruso Wladimir Kaschperow (1827-1894), estrenado en Florencia en 1863, y la ópera hermosísima de Achille Peri (1812-1880), estrenada en Milán en 1867.