Prabodhacandrodaya, Kṛṣṇamiśra

[El brotar de la luna del conocimiento]. Drama en seis actos, del autor indio Kṛṣṇamiśra (segunda mitad del siglo XI). Es el más antiguo dra­ma alegórico indio que llegó entero hasta nosotros; sigue, después de aproximadamen­te mil años, a un drama budista alegórico conocido solamente en parte por fragmentos descubiertos en Turfan (Turquestán orien­tal) en 1911.

Con el Prabodhacandrodaya se abre el ciclo de dramas alegóricos com­puestos en estrecha relación con las doc­trinas filosoficorreligiosas propias del Hinduismo. Los personajes del drama son todos personificaciones de conceptos abstractos. El rey Discernimiento («Viveka»), que está luchando contra su hermano Error («Mo- ha»), desea unirse de nuevo con su esposa Revelación («Upaniṣad»). Puesto que de esta unión, según rumores difusos, tendrían que nacer Conocimiento («Prabodha») y Cien­cia («Vidyā») que destruirían la familia de Error, éste y los suyos hacen lo posible para alejar semejante ruina. La familia de Error está constituida por Instinto sexual («Kāma») con su esposa Voluptuosidad («Rati»), Hipocresía («Dambha»), Egoísmo («Ahaṃkāra») y otros; en concepto de alia­dos cuenta con las Doctrinas Heréticas en­tre las que predomina Materialismo («Lokāyata»).

Los partidarios de Discernimiento son: Serenidad Espiritual («Śānti»), herma­na de Discernimiento, y su compañera Com­pasión («Karuṇā»), Religión («śraddhā»), con su compañera Benevolencia («Maitrī»), y Amor de Dios («Viṣṇubhakti»). En el acto V se describe el sangriento choque entre los dos ejércitos. Materialismo acaba destruido. Las demás Religiones Heréticas se ahogan entre las olas del océano de la verdadera Religión. El Budismo se refugia entre los pueblos bárbaros. Se realiza por fin el antiguo vaticinio y de Revelación nacen Conocimiento y Ciencia: ésta se traga a Error y sus secuaces. El príncipe Cono­cimiento («Prabodhacandra») traba una só­lida amistad con Alma («Puruṣa»), mien­tras sus padres (Discernimiento y Revela­ción) se retiran con Amor de Dios.

A pesar de su contenido doctrinal, en el que se exalta el triunfo de la doctrina y de la fe visnuítica-monista sobre todo error y here­jía, este drama no resulta en absoluto árido ni pedante. Hay escenas ricas en drama­tismo, los caracteres de los distintos perso­najes alegóricos son claros y vivos y no faltan situaciones y diálogos llenos de brío y de animados motivos satíricos. Es una obra muy apreciada entre la clase culta in­dia. Trad. al alemán de Th. Goldstücker (Königsberg, 1842); al inglés de J. Taylor (Bombay, 1893).

M. Vallauri