Poema del Cuervo, Thorbjörn Hornklofl

[Hrafnsmál]. Lla­mado también Poema de Harald [Haraldskvaedhi], es, con el Poema de Hákon (v.), uno de los más antiguos y famosos de la poesía escáldica. Fue compuesto por el es­calda Thorbjórn Hornklofl (siglo IX) en honor de Harald el de la hermosa cabellera. Entendemos por escaldas aquellos poetas cultos que después del siglo IX, viviendo junto a los reyes y los príncipes de Norue­ga, elaboraron, bajo el influjo céltico e ir­landés, una forma poética caracterizada por la búsqueda de la distinción y del precio­sismo por el camino de lo peregrino y lo difícil.

Por pretender ser áspera y sutil, la poesía escáldica se diferencia de la más simple de los Edda (v.), que aspiró a ser gustada y apreciada no solamente por los príncipes, sino también por cuantos amaron las armas, las audaces empresas y los hechos memorables. Los escaldas eran poetas y, en general, hombres de armas. Todos los príncipes y jefes más ilustres de Noruega, empezando por Harald el de la hermosa cabellera, tenían escaldas entre su séquito, y fueron algunas veces — Harald el primero — escaldas ellos mismos. El argu­mento principal de la poesía escáldica es el elogio del principe, y en primer lugar, y como conviene a una sociedad heroica, del príncipe como guerrero. El Poema del cuer­vo es encomiástico y heroico. Tras invocar la atención del público (real e ideal) de guerreros, el poeta refiere el diálogo que una walkiria tuvo con un cuervo, el pájaro de Odín y de los campos de batalla. El diálogo se divide en dos partes.

La primera es un elogio a la principal cualidad de un príncipe, el valor guerrero, y culmina con la descripción de la batalla de Hafrsfjord (872), que hizo de Harald el señor indis- cutido de Noruega. En la segunda glorifica la generosidad del príncipe con los hombres de su séquito, especialmente con los escaldas, cuya condición de amigos del señor se mani­fiesta en los mantos de púrpura, en las or­nadas corazas y en las vainas de oro que llevan. Siguen luego preguntas y respuestas sobre la situación de la corte de Berserkir (que quiere decir «piel de oso», «hombres de piel de oso», o sea, guerreros que, po­seídos de furia salvaje, se transformaban en lobos y osos) y sobre los juglares y bu­fones, gente vil por la cual muestra. Thorb­jórn un profundo desprecio.

V. Santoli