Título de una de las más célebres narraciones de Honoré de Balzac (1799-1850), publicada en 1840. Los hermanos Rogron, hijos de un ex posadero, regresan, ya cincuentones, a la pequeña ciudad de Provins, después de haber ganado dinero en el comercio en París.
Impulsados por la ambición, hermano y hermana tratan en vano de relacionarse con la aristocracia local; rechazados, son objeto de las solicitudes de dos intrigantes, el ex coronel napoleónico barón Bouraud (estamos en 1827) y el abogado liberal Vinet. Los ex tenderos han acogido en su casa, por cálculo, a Pierrette, una muchacha huérfana, lejana pariente suya, cuya madre fue también despojada de la herencia por el padre de ellos. La ingenua y exquisita gracia de la jovencita conmueve a las señoras de la ciudad y parece no dejar indiferente ni siquiera al coronel Gouraud, con quien quisiera casarse Sylvie Rogron; todo ello sólo sirve para empeorar la situación de Pierrette en casa de los Rogron. De modo que, entre pérfidas intrigas, la malquerencia de Sylvie Rogron por Pierrette se convierte en verdadero odio y somete a la pobre muchacha a una calculada serie de atroces malos tratos que minan su delicada salud.
En vano Pierrette es defendida por un fiel compañero de infancia, Jacques Brigaut: cuando se libre de los Rogron los cuidados más amorosos no podrán salvarla. La historia del martirio de Pierrette está habilísimamente trazada por Balzac con la crónica político– mundana de Provins. Entre las muchas figuras de jovencitas de gracia inocente y alma purísima en quienes Balzac a menudo se encantó, Pierrette es quizás la más picante y ciertamente la más perfecta. La delicada precisión del estilo de Balzac, que aparece aquí menos perjudicado que de costumbre por los virtuosismos pintorescos y las frases apocalípticas, contribuye a hacer del cuento una de sus obras maestras. [Trad. española de Joaquín García Bravo (Barcelona, 1902), de Félix Lorenzo (Madrid, 1922) y de Gil Rincón (Madrid, 1923)].
M. Bonfantini
Que Balzac fue poeta en el mejor sentido de la palabra se advierte en el vigor con que representa caracteres, situaciones y ambientes con la sinceridad de los motivos que brotan de su emocionada fantasía. (B. Croce)