[Penses-tu réussir?]. Novela autobiográfica, publicada en 1897 por Jean de Tinan (1874-1900). El protagonista, Raoul (el mismo autor) es un joven de buena familia, precozmente lanzado al mundo de la literatura, apasionado cultivador de experiencias amorosas, que nosotros seguimos a través de los episodios de una especie de «educación sentimental», ofrecidos al lector tanto como directas confesiones como bajo forma de indiscreciones y comentarios del amigo escritor, que, en cierto modo, hace de testigo.
Tenemos, por lo tanto, una disertación inicial sobre el inevitable aprendizaje del jovencito, y los recuerdos de una pequeña prostituta, admirada con despreocupado orgullo juvenil; luego la evocación de un gran, amor ideal, casi todo fantasía hacia la «señorita bien», compañera de juegos e inspiradora de los más románticos sueños; luego la dolorosa pasión hacia una encantadora figura de joven mundana irremediable y desenfadadamente perdida en el remolino de la vida galante, que muere tuberculosa (casi una réplica amargamente realista de la célebre historia de Margarita Gautier, v.), y por fin la codiciada conquista y el amor de una linda señora elegante con pretensiones de intelectual. Profundamente sentimental, pero lleno de pretensiones auto analíticas, expresamente despreocupado, pronto a defenderse con ironía y hasta con cinismo contra los mismos abandonos que él desea, Raoul persigue, de aventura en aventura, la busca del «verdadero amor».
Mientras la fría razón crítica lo empuja hacia el escepticismo, toda su alma rehúsa reconocer el fracaso de su búsqueda, ávida de un sentimiento que, en su plenitud, transforme completamente su vida, comprenda y supere los mismos abandonos sensuales y transporte la realidad entera a un plano ideal. Por lo tanto, la novela cinicosentimental quiere ser también un «tratado», y revela con esto claramente la inspiración stendhaliana, complicada por pretensiones naturalistas. Pero si la ambición científica no se puede considerar demasiado justificada, Jean de Tinan, con extraordinaria eficacia, consiguió dar a su obra el valor y el carácter de una documentación netamente representativa del «fin de siglo».
M. Bonfantini