[Melmoth réconcilié]. Cuento de Honoré de Balzac (1799-1850), publicado en 1835. En las oficinas de la Casa Nucingen, a altas horas, el cajero Castanier, que ya ha sustraído cantidades importantes de la caja, se dispone a dar un nuevo golpe, mayor que los demás, para luego huir. Pero es sorprendido por la inesperada e inexplicable aparición de un hombre que se presenta con la excusa de exigir el cobro de una letra de cambio firmada por John Melmoth y le impide efectuar el robo. Desde aquel momento, el terrible Melmoth se sirve del poder que ha adquirido sobre el débil Castanier y del conocimiento de su vergonzoso secreto, para expoliarlo continuamente y empujarlo hacia la más completa desesperación. Entonces le propone un trato que podrá salvarle y hacerle rico y poderoso: él, Melmoth, vendió hace tiempo su alma al diablo; ahora quiere el alma de Castanier que, al venderla, heredará a cambio el diabólico poder que Melmoth disfrutó hasta ahora. Castanier acepta el trato y disfruta de sus ventajas. Pero, tras una breve embriaguez, advierte que ha hecho un pésimo negocio y se siente angustiado por la idea de su inevitable condenación. Busca entonces a Melmoth y se entera de que éste, al adquirir nuevamente su alma, la ha empleado para arrepentirse y ha muerto santamente, reconciliado con Dios. A Castanier no le queda más que imitarle; lo consigue, comprando a su vez el alma del banquero Claperon, que está a punto de quebrar.
En esta extravagante «diablura filosófica», Balzac empleó con fantástica desenvoltura su afición por lo misterioso que él veía en la base de nuestra vida interior, consiguiendo efectos de innegable sugestión, con un estilo conciso.
M. Bonfantini