Novela epistolar
Fugitivo de Venecia tras el tratado de Campoformio, Jacopo se retira a la soledad de su tierra, las Colinas Eugáneas. Allí conoce a Teresa, la hija del conde T., y se enamora de ella; pero sabe que el amor no podrá alcanzar un final feliz porque la muchacha está prometida a Odoardo, y porque tampoco él puede ofrecerle compartir su mísera existencia de prófugo.
Jacopo se pone en viaje por Italia, sin una meta, y por donde pasa lo aflige el mismo espectáculo desolador de un pueblo desventurado, pero también apático, oprimido por lo extranjero. No le sirven de consuelo las bellezas de Italia, el recuerdo —en Santa Croce— de sus pasadas glorias, o la resignada prudencia de Parini, al que se encuentra en Milán. Vuelve a su tierra, donde Teresa se ha casado mientras tanto con Odoardo, y aquí, sin esperanza ninguna en el mundo, se suicida.