[La riforma della dialettica hegeliana ed altri scritti]. Obra filosófica de Giovanni Gentile (1875- 1944), publicada en 1913 y compuesta de dos partes: la primera (que da el título al volumen) comprende sobre todo un estudio sobre la reforma de la dialéctica hegeliana.
Si por dialéctica se entiende la ciencia de la relación, se puede afirmar, según el autor, que la dialéctica platónica es la dialéctica de lo «pensado», mientras que la nueva dialéctica, requerida por la doctrina kantiana de las categorías, es la dialéctica del «pensar». Por la doctrina kantiana de las categorías, el pensamiento especulativo llega al problema hegeliano dé la dialéctica; todo el saber se resuelve en el saber absoluto, en la «idea» como sistema de las «categorías», y puesto que la realidad es el mismo pensamiento, y el único concepto real es el mismo concebir, la idea es categoría realmente productiva. El esfuerzo de Hegel va dirigido a penetrar en el íntimo proceso por el cual la unidad de la idea, que es la totalidad del pensamiento trascendental, se realiza en el movimiento triádico (ser-esencia-concepto; ser-no ser-devenir).
Pero los dos primeros términos de la tríada, por ser igualmente indeterminados, no presentan entre sí una real oposición; no se obtiene por lo tanto, entre el primero, el segundo y el tercero, una verdadera mediación dialéctica. Si el devenir no es la superación de momentos determinados en su diferencia, y si no es, al mismo tiempo, el principio que pone nuevas oposiciones y diferencias, el devenir no existe; si la diferencia entre ser y nada, indeterminados, es supuesta (puesto que la indeterminación no puede comprender una relación que es determinación), es supuesta también su identificación con el devenir: se pierde por lo tanto el concreto concepto del devenir. La interpretación del concepto del devenir (cuya exigencia Hegel afirmó sin conseguir él mismo determinarlo) es el cometido de la lógica posthegeliana. A la reforma de la dialéctica había aportado una contribución notabilísima Bertrando Spaventa, aproximándose a la posición de Kuno Fischer (para el cual los dos primeros momentos de la tríada — ser y nada — permanecen abstractos), puesto que el ser no se resuelve en el pensar.
Pero en sus apuntes inéditos de 1881, que fueron publicados por Gentile como apéndice a esta parte, la exigencia dialéctica como acto del pensar queda satisfecha. Si se concibe el ser como el puro pensar, y no como la idea en sí, según el error de Hegel, el movimiento del ser ya no es extrínseco al ser, sino que es el mismo proceso del pensamiento; el acto de la mente es unidad de ser y no ser, esto es, devenir; es en cuanto deviene; su ser consiste en realizarse. La inseparabilidad de ser y no ser, acerca de la cual insistía Hegel, es momento esencial del acto del pensar; pero en el dinamismo del pensamiento, del momento de la síntesis surge continuamente la nueva separación y oposición: el devenir, el acto puro del pensar es eterno. En la segunda parte se reúnen ensayos de Gentile ya publicados en «Crítica» y otras revistas y que contribuyen a aclarar el concepto fundamental de la reforma de la lógica hegeliana.
Partiendo de la ecuación del devenir con el acto del pensamiento como única categoría lógica concreta se llega a la clara identificación de historia y de filosofía, y se instaura de este modo una filosofía de la inmanencia absoluta, el idealismo actual, cuya génesis y principios contribuye a aclarar esta obra.
E. Codignola