[The Quest for Certainty. A study of the relation of knowldge and action]. Obra del filósofo americano John Dewey (n. 1859), publicada en Londres en 1929. El hombre vive en un mundo lleno de riesgos, y trata de asegurarse la tranquilidad, bien por medio de la acción o de la emoción religiosa que se produce gracias a ritos propiciatorios o mágicos. De la primera salen así las artes mecánicas y la ciencia de la naturaleza; pero tampoco las artes prácticas sujetas al riesgo del fracaso, nos dan la certeza. Por eso busca el hombre la certeza en lo universal, transcendente, eterno e inmutable, en el Ser, noción en la que toman consistencia teórica las emociones rituales y religiosas. Pero el desenvolvimiento de las ciencias naturales aleja la certeza de la tradición metafísica del Ser, haciendo nacer la idea de una ciencia práctica que dé al hombre un control progresivo sobre las fuerzas de la naturaleza; quedan eliminados los abstractos universales, y queda la ciencia como interpretación de los hechos experimentales según categorías prácticas. Esta revolución positivista todavía no ha tocado a la ciencia del hombre y a la ciencia de la sociedad, a la ciencia del bien (la ética y la sociología), la cual permanece todavía en el dominio de las psicologías mitológicas y en el de las metafísicoleológicas.
De este modo, ofrece la ética a las almas bellas un mundo al que evadirse, pero deja el mundo de la vida cotidiana abandonado a la anarquía de las pasiones, a la hipocresía y al cinismo. Es necesario llevar también la revolución científica al seno de la ética: es necesario fundar sobre bases empíricas una ciencia del hombre tal como es, y no tal como debiera ser, ciencia que le enseñe, mediante la pedagogía y la política a mejorar las condiciones del ambiente en que se forma el hombre, y que haga por fin depender los destinos de éste del control inteligente sobre su propia naturaleza, de un modo semejante a como está en condiciones de hacerlo sobre la naturaleza del mundo exterior. La Búsqueda de la certeza es una de las mejores obras de Dewey, obra rica de fines y de meritísimos análisis, segura en su orientación; en ella, el pragmatismo del autor se abre a un moderno y viril humanismo que desemboca en un acto de fe en los destinos del hombre guiado por la razón.
G. Preti