Tras haber realizado los primeros estudios en Oviedo, Gil Blas parte para dirigirse a la Universidad de Salamanca. Pero, durante el viaje, es protagonista de múltiples aventuras que lo hacen volverse un «experto del mundo». Raptado por un grupo de malhechores, huye, pero acto seguido es robado por un trío de aventureros.
A continuación consigue llegar a Valladolid, donde encuentra a Fabrice, un paisano suyo, que consigue que sea tomado en calidad de lacayo por un canónigo y, seguidamente, por un médico. Después de haber ejercido él mismo la medicina, parte para Madrid, donde entra al servicio de un elegante y disoluto petimetre y después, de servicio en servicio, logra convertirse en el administrador de don Alfonso de Leyva, que le regalará la propiedad de Lirias.
Pasando a casas cada vez más importantes, Gil Blas prosigue su ascensión: se convierte primeramente en secretario del arzobispo de Granada y, acto seguido, en hombre de confianza del duque de Lerma, primer ministro de España. Pero una intriga cortesana lo hace dar con sus huesos en la cárcel. Una vez en libertad, Gil Blas deja Madrid, marcha a Oviedo para visitar a su padre moribundo, se instala en su posesión de Lirias y contrae matrimonio.
Tras quedar viudo, regresa a la corte, donde se convierte en el favorito del conde- duque de Olivares, que lo manda a Toledo en una misión especial. Pero Olivares cae en desgracia y, después de una larga serie de aventuras, Gil Blas se casa con Dorotea y se retira a su posesión, donde se ocupará tan sólo de la educación de sus hijos.