[Strange Interlude]. Drama en dos partes y nueve actos, publicado en 1927. En una rápida sucesión de cuadros el autor presenta la vida, los amores y los errores de una mujer, Nina Leeds.
Nina tiene veinte años cuando su prometido, el aviador Gordon Shaw, muere en la guerra precipitándose con su avión en llamas. En vano intentan consolarla de su dolor su padre y el fiel amigo de la infancia Charles Marsden, que la ama secretamente. Su dolor llega a ser morboso y hubiera desembocado en la locura a no ser que ella no hubiese encontrado al sencillo Sam Evans que con su bondad le hace volver a la realidad de la vida y con quien se casa. He aquí que cuando parece que con la maternidad va por fin a encontrar el completo equilibrio de su existencia, una nueva tragedia viene a perturbarla: la madre de su marido le revela que sobre toda la familia de Sam pesa el destino de una locura hereditaria y que sería temerario dar vida conscientemente a un nuevo ser.
Nina, no obstante, siente que no puede renunciar a tener un hijo, y lo obtiene del doctor Ned Darrel, que se presta a ello como a un experimento biológico. Del experimento nace entre ellos un verdadero amor; pero un sentimiento de lealtad, de piedad hacia Sam, les impide a ambos el revelar su traición. Sam entre tanto es feliz, está orgulloso de su hijo que le adora y que odia en cambio a Ned por celos inconscientes de la madre, prospera en los negocios y vence la condena de la herencia con la fuerza de su trabajo y de su amor. Ned, por el contrario, es profundamente desgraciado, querría alejarse y dejarse absorber absolutamente por su trabajo de biólogo, pero Nina no le deja partir, no quiere renunciar a él, ávida de afectos, quiere sentirse el centro de la vida de Ned, de Sam, del viejo Charles y de su hijo, el pequeño Gordon. Pasan los años y Gordon se va con la mujer que ama. Sam muere de un ataque de apoplejía. Ned se aleja porque los largos sufrimientos han matado para siempre su amor, y Nina contemplando el panorama tumultuoso de su vida ve en ella como un «extraño intermedio».
Vieja ya, casa con Charles esperando retornar a la época de su niñez, antes de que se iniciara para ella la danza de las pasiones. Extraño intermedio obtuvo un gran éxito gracias a la novedad del procedimiento escénico. Los personajes expresan en alta voz sus sentimientos más íntimos, casi en contrapunto con la conversación que mantienen con los demás; y en esta labor de introspección psicológica, el autor les acompaña en el sondeo de los motivos más recónditos, a menudo de carácter morboso, que motivan los actos humanos. Conducido con habilidad, casi con virtuosismo, este drama representa en la obra de O’Neill algo así como un intermedio entre la inmediatez lineal de los primeros dramas y la complicación freudiana de la trilogía Electra (v.). Sobre el argumento del drama se ha realizado una película del mismo título.