A diferencia de sus escritos sobre la dinámica de los fluidos (v. Hidrodinámica), estos ensayos del físico alemán Daniel Bernouilli (1700-1782), no fueron nunca reunidos en forma de libro, y se hallan principalmente en las «Actas» de las Academias de San Petersburgo y de París.
Un primer estudio suyo (comunicación a la Academia de San Petersburgo 1727) se refiere al problema de la resistencia del aire a los movimientos de tipo pendular, problema ya abordado por Galileo y Newton. Una importante memoria de 1746 («Memorias de la Academia de Berlín») consideraba a su vez el llamado «Principio de conservación de los planos» que él resolvió al mismo tiempo que Euler: «En un sistema de rotación, la suma de los productos de las masas de cada cuerpo, por la velocidad de rotación, y la distancia de un centro fijo, no depende de la acción recíproca de los cuerpos, y es constante».
Lagrange dio después nueva forma y nombre a este principio. En polémica con Euler (Historia de la Academia de Berlín, 1753, 1755) estudió la ecuación de las cuerdas vibrantes, y las cuerdas de espesor variable (1771), así como los tubos de los órganos y los tubos sonoros. Se ocupó de los «sistemas acoplados» cuyo estudio había sido iniciado por Huyghens (un péndulo que oscila por «simpatía» con otro). Ellicot (en Philos. Trans., 1739) había probado que no es el aire el que transmite el movimiento, haciendo oscilar los péndulos en dos cajitas de madera que operan la transmisión. Bernouilli trató el problema teóricamente. A él y a Euler se debe la demostración del hecho de que el «acoplamiento» da lugar a una nueva periodicidad. A Bernouilli se debe, además, la palabra «potencial», y el concepto del movimiento incesante de las moléculas gaseosas.
U. Forti